TII, ¿otra oportunidad?

 

Comenzamos 2016 con una TII de 3.25 por ciento y una inflación de 2.13 puntos porcentuales.


La tarea del Banco de México, establecida en el Artículo 28 constitucional, y recogida en la ley del Banco Central, es “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, tarea que las autoridades monetarias han entendido (¿arbitrariamente?) como una inflación de 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que cualquier inflación entre 2 y 4 por ciento cumple con dicha meta, que las autoridades monetarias llaman la meta permanente de inflación, misma que se ha logrado en cinco de los siete años que lleva Agustín Carstens al frente del Banco Central: 2010, 4.40 por ciento; 2011, 3.82; 2012, 3.57; 2013, 3.97; 2014, 4.08; 2015, 2.13; 2016, 3.31 por ciento (a noviembre).

Ubicándose la inflación todavía dentro de la banda del 2 al 4 por ciento, lo que preocupa es su repunte, de 2.13 a 3.31 por ciento, en tan sólo once meses, de diciembre de 2015 a noviembre de 2016, repunte de 1.18 puntos porcentuales, equivalente a 55.4 por ciento, lo que llevó a las autoridades monetarias a elevar, en cinco ocasiones, la Tasa de Interés Interbancaria (TII), con la intención de contrarrestar las presiones inflacionarias. El 17 de febrero la aumentaron de 3.25 a 3.75 por ciento; el 30 de junio de 3.75 a 4.25; el 29 de septiembre de 4.25 a 4.75; el 17 de noviembre de 4.75 a 5.25, y el pasado 15 de diciembre de 5.25 a 5.75 por ciento, con el fin de combatir el repunte en la inflación.

¿Qué tan eficaz resultó la medida? Comenzamos 2016 con una TII de 3.25 por ciento y una inflación de 2.13 puntos porcentuales. Terminaremos 2016 con la TII en 5.75 puntos porcentuales y la inflación en 3.41 por ciento (según el resultado de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a diciembre, del Banco de México). El aumento en la TII, ¿ha sido eficaz para contrarrestar las presiones inflacionarias? Continuará.