TLC a la orden…

 

Andrés Manuel López Obrador llegue a tambor batiente a hacerse cargo de la administración del país


A estas alturas creo que a nadie le cabe duda de que se está despejando cuidadosamente el camino para que Andrés Manuel López Obrador llegue a tambor batiente a hacerse cargo de la administración del país.

El maniobrerío en el que participa el saliente o de plano ausente Enrique Peña Nieto, considera desde la ampliación de la base morenista en el Congreso, hasta la extraña negociación del Tratado de Libre Comercio en el que se dejó fuera, así, sin más, a los canadienses.

Los ahorritos también cuentan, y muchos ante las promesas de bienestar del futuro mandatario a las clases más desposeídas, considerando hasta a los vagos que ni estudian ni trabajan pero a los que, supuestamente, pagarán una capacitación a cargo de empresarios que los emplearán pero los emolumentos irán a cargo suyo, mío y de todos los que pagamos impuestos.

El crédito se lo llevarán los morados a los que en extraña, exótica e ilegal maniobra, el Tribunal Federal Electoral salvó de una multa millonaria impuesta por el INE al detectar un generoso fideicomiso creado durante las elecciones y domiciliado en el mismo lugar que el partido. Nada qué discutir, el Tribunal decidió y no hay más que apechugar aunque tenga sus bemoles la decisión.

Así, de la nada, los ancianos de la Tremenda Corte aceptan, es más, ofrecen recortar su presupuesto en cinco mil millones anuales, mientras el Senado hace lo mismo con mil millones más y con igual cantidad se mochan los asambleístas que apenas llegan.

Los diputados, ante la degollina anunciada, se apresuraron a repartir alrededor de cinco mil millones que les sobraron de su presupuesto, y como respuesta, los honestos legisladores de la actual camada encabezados por Ricky Monreal, el de la bodega con 18 toneladas de mariguana, decide quitar edecamas, cafecito y galletitas. Lo repone el día siguiente, los diputados no aceptan que los hagan trabajar yendo a buscar esos indispensables elementos para su labor legislativa.

Aunque aparentemente el TLC favorece al campo, lo cierto es que Estados Unidos seguirá aplicando sus medidas proteccionistas principalmente cuando exista sobreproducción local de algunos productos, entre ellos el jitomate o el aguacate. Los automóviles, nuestro principal rubro de exportación (aunque todas son fábricas extranjeras) resultará muy afectado ya que deberemos cumplir normas de producción y seguridad de los autos exportados a territorio norteño, y cumplir con la equiparación de salarios de los trabajadores de la industria con sus iguales canadienses o gringos.

Los canadienses no sufren, ya negocian por su lado.