Todo por los inmigrantes

 

El Senado, el Congreso y los partidos ya han ido en auxilio de los que ahora son las primeras víctimas de la epidemia Trump


Los inmigrantes mexicanos están de moda en Estados Unidos. Es más, el Senado, el Congreso y los partidos ya han ido en auxilio de los que ahora son las primeras víctimas de la epidemia Trump.

Políticos de todos los colores están visitando a los paisanos que residen en el vecino del norte. Sin embargo, esa situación me parece lógica por una parte e ilógica por otra, me explicaré.

¿Dónde está la plataforma en común que realmente defenderá a los paisanos? ¿Cómo vamos a construir una red de intereses que impida que el muro nos aplaste? ¿Cómo vamos a crear unas condiciones en las que de verdad les seamos útiles?

¿O acaso sólo se trata de tomarse la foto, dar un discurso y seguir haciendo política? Una política que al final del día pagamos entre todos, pero que sigue sin generar una respuesta concreta, precisa y coordinada a lo que puede llegar a ser una contingencia humanitaria de unas proporciones tan graves como la de los refugiados sirios.

Y eso que nosotros los mexicanos estamos muy acostumbrados a que ya sea la naturaleza, la incapacidad de nuestros gobernantes o la corrupción, nos golpee con una fuerza inigualable. Entiendo que los políticos mexicanos vayan al imperio del norte, pero mi pregunta es: ¿qué llevan? Entiendo que se reúnan con los paisanos, pero mi pregunta es: ¿cuál es el plan, dónde está la inversión, cuál es la política, cómo los vamos a sacar de ahí? Y una vez que los manden de regreso, ¿qué haremos con ellos?

Porque, sin duda, ya atravesamos por una grave crisis nacional e internacional, y eso que aún no se ha terminado de concretar la venganza y la furia de Trump.

Pero nosotros como país tenemos la obligación de articular una respuesta, la cual no sólo consiste en visitar a los paisanos, sino que además se debe conformar desde aquí con el presupuesto a fin de elaborar planteamientos concretos que sean capaces de recibir e incorporar a las madres, a los hijos y a todos los mexicanos que estén de vuelta en el país.

Por eso no es que sólo considere que estamos empezando la casa por el tejado, sino que también tengo la impresión de que seguimos en negación y no nos queremos enterar de que esta crisis puede llegar a ser sanguinaria y definitiva.

En ese sentido, este reclamo no va contra un partido o un político en específico, sino que va contra todos y también contra la sociedad mexicana.

Porque así como convocamos manifestaciones a las que no acudimos, tampoco podemos visitar a los paisanos para decirles que cuentan con nosotros, si no sabemos realmente cómo los vamos ayudar, y lo que es peor, en el fondo probablemente ni siquiera nos preocupa.