Todos fueron culpables

 

Es un poco duro señalar que sólo la SCT es culpable


En México nos hemos acostumbrado tanto a venerar a la banda presidencial cuando llega y a destruirla cuando se va, que incluso hemos perdido toda capacidad de análisis crítico.

Y es que, cada vez que miro la foto del socavón del Paso Exprés de Cuernavaca me da la impresión de que se muestra como la representación de nuestra propia destrucción como país. Sin duda, es un socavón que se lo traga todo.

Pero no es posible la redención, ni la justicia, ni la paz, sin una cierta vocación de seriedad.

Y ahora la gran pregunta es: ¿dónde está el gobierno de Morelos? Porque no pretendo entrar en el juego en el que se echan la pelotita el uno al otro, pero lo que me resulta un poco difícil y duro es vivir con una Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que recibió una clara indicación por parte de diversas compañías advirtiendo que si no se hacía algo al respecto con el daño que ya presentaba esa obra algo terrible podía pasar, y en efecto no se hizo nada.

Sin embargo, también es un poco duro señalar que sólo la SCT es culpable, aunque al final de la línea administrativa lo es, y es que esta situación ha ido avanzando como si los demás no tuvieran nada que ver con el mantenimiento de las infraestructuras, de la vida de su pueblo y con la responsabilidad de evitar que se produzcan los socavones.

¿Dónde estaba el gobierno de Morelos cuando la carretera se empezó a deteriorar? ¿Dónde estuvo en el momento del accidente? ¿Qué posición tiene?

Porque un gobernador tan aguerrido como Graco Ramírez sería el primero en pedir que se despellejara al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en plena plaza pública. Sin embargo, estamos aquí mirando hacia arriba y esperando a que la culpa de unos polarice las culpas de los demás.

Y no digo que no la tengan, no digo que la responsabilidad no sea suya, pero sí es verdad que vivimos en un país en el que la separación de los poderes existe y en el que los tres órdenes de Gobierno reciben un presupuesto con el que se le paga a unos funcionarios y ellos, a su vez, tienen ciertas obligaciones, algo que en momentos como éste sólo evidencian hasta dónde llega el socavón moral de nuestra sociedad.

Sin duda. es fundamental castigar a quien de verdad sea responsable, pero me niego a entrar al juego de señalar sólo a un culpable –a pesar de que carga con la responsabilidad principal– nada más para absolver al resto de los que pudieron haber evitado el socavón, la muerte y la vergüenza.

@antonio_navalon