Tomándole el pulso

 

Sumamos ya dos años con crecimiento de la IFB cada vez menor


¿Cómo va la economía? Para responder analizaré el comportamiento de las siguientes variables: inversión fija bruta, consumo privado, inflación y balanza comercial, variables para las que contamos con información recientemente actualizada por el Inegi.

La inversión fija bruta, IFB, es la que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, IFB que, por proveer la infraestructura física para llevar a cabo los procesos de producción, es un buen indicador del comportamiento de la inversión directa, que es la que apuntala y abre empresas, produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos, producción de bienes y servicios que es la variable con la que se mide el crecimiento económico.

En términos mensuales (comparando cada mes con el mes anterior, la mejor manera de tomarle el pulso a la economía) y desestacionalizados (eliminando los efectos de calendario y estacionales, lo cual nos permite un mejor diagnóstico), en julio la IFB decreció 1.2 por ciento, después de haber crecido 0.8 por ciento los dos meses anteriores, mayo y junio, lo cual apunta en la dirección equivocada.

La IFB en maquinaria y equipo decreció 1.3 por ciento, y en construcción la contracción fue de 1.5 puntos porcentuales: la construcción residencial creció 0.4 por ciento y la no residencial decreció 4.5 puntos porcentuales, lo cual, dado que en este rubro encontramos, entre otras, construcción de centros manufactureros, de centros comerciales, de infraestructura de comunicaciones y transportes, todo lo cual apoya la producción de bienes y servicios, resulta preocupante.

Entre enero y julio del 2014, hace dos años, el crecimiento promedio mensual de la IFB fue de 0.53 por ciento. Un año después, entre enero y julio del 2015, resultó de 0.39 puntos porcentuales. ¿De cuánto fue el crecimiento promedio mensual de la IFB entre enero y julio de este año?

De menos 0.1 por ciento. Sumamos ya dos años con crecimiento de la IFB cada vez menor, lo cual nos habla de pérdida de competitividad del país, definida como la capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas. Continuará.