Trabajar a distancia

 

Especialistas proponen adoptar un concepto que tiene años de vuelo en otras naciones


Millones en la Zona Metropolitana del  Valle de México sufrimos la duplicidad en el tiempo destinado a ir de casa al trabajo y viceversa. Fueron hasta 220 horas –por cabeza– que se nos fueron sentados, en los mejores casos. Aunque el deterioro en la movilidad fue gradual,  tiempo, dinero y calidad de vida perdidos hicieron crisis por las contingencias ambientales de 2016.

Mejorar el transporte es la opción por la que se han inclinado muchos especialistas y autoridades. Pero muchos más también ven con buenos ojos cambios en el modelo laboral. Proponen adoptar un concepto que en naciones desarrolladas tiene años de vuelo: Teletrabajo o empleo a distancia, que no es más que el heredero del Home Office.

Su magia es simple. Se requieren básicamente: conectividad a Internet; acceso a la red de la empresa,  comunicación de voz y metas establecidas. Este modelo de “libertad con objetivos” está más apegado a prácticas exitosas en el mundo de la educación como el Sistema Pierre Faure por encima del  Montessori, por ejemplo. El trabajador termina fascinado y asume con gusto la responsabilidad, dicen análisis.

El problema mayor radica en el empleador. Por un lado están los ajustes que algunos administradores consideran “dramáticos” como: probar primero con los empleados más responsables; asumir la autoría de los programas de objetivos; desarrollar una cultura de “seguimientos” y claro, perder el amor a unos centavos para dotar herramientas como: LapTop, correo electrónico institucional y  acceso remoto a la empresa.

Lo que también incrementa el temor es ver disminuido, físicamente, su ejército godín y la hegemonía que esto representa en el imaginario empresarial. Entonces, porque el león no sí es komo lo pintan, que paguen ellos su obligación de ir a chambear.

Twitter @MarioALeon