El dilema no es Trump-Hillary sino Trump/Hillary contra México

 

La política es una carrera de resistencia en la que pierde el que se confía demasiado


Los miedos despertados en México por el lenguaje de violencia institucional de Donald Trump han encontrado a una sociedad sin conciencia histórica. Por eso en las columnas se percibe un apoyo político a Hillary Clinton y un repudio evidente contra el republicano.

Sin embargo, la política es el territorio de la racionalidad del poder, no el de los sentimientos. La agenda de Trump buscará poner un muro –real o simbólico– entre los dos países, pero con ello obligará a México a dejar de pensar en la ayuda estadounidense y a replantear su desarrollo; el republicano solo quiere que dejen de llegar a EU migrantes- delincuentes.

Hillary Clinton, en cambio, tiene una agenda más imperial: su estrategia es la de seguir sometiendo a México a una subordinación a los intereses de dominación geopolítica de Washington, aumentará la penetración militar en el país y colocará a México bajo el paraguas de espionaje. En el poder, Hillary aplicará las nuevas leyes aprobadas por Barack Obama en materia de delincuencia transnacional y usará el privilegio de perseguir delincuentes dentro de territorio mexicano, sin importar las leyes locales.

En este sentido, para México no hay presidenta buena-presidente malo sino que los dos van a redefinir la policía imperial de la Casa Blanca para México. De ahí que el gobierno mexicano tiene la gran oportunidad histórica para reconstruir el consenso nacional pluripartidista que tuvo la política exterior respecto a Washington y antes de que Carlos Salinas de Gortari la destruyera por exigencia del tratado de comercio libre.

Pero a nivel de sociedad se requiere de la reactivación del espíritu nacionalista que funcionó en relación directa con el conflicto histórico con la potencia que
se quedó abusivamente con la mitad del territorio mexicano. Al final, el espíritu nacionalista de 1848 no se debe recordar sólo contra Trump, sino contra Hillary porque al final de cuentas el imperio estadounidense de hoy es el mismo que definió al comenzar el siglo XIX el “destino manifiesto” de dominación planetaria.

En el debate, por ejemplo, Trump y Hillary enfocaron desde diferentes puntos de vista el papel imperial de la Casa Blanca en Europa: el republicano dijo que cobraría a los países de la OTAN los servicios de protección militar, en tanto que Hilary llevó la doctrina Monroe al mundo al señalar que una agresión contra algún país de ese bloque sería una agresión contra EU, es decir, no sólo América para los americanos sino el mundo para los americanos.
Lo malo ha sido el hecho de que en medios mexicanos campea ya el apoyo a Hillary en contra de Trump, sin reflexionar en el hecho de que Hillary no ha asumido

ningún compromiso real para respetar la soberanía mexicana y que como secretaria de Estado avaló millones de deportaciones de mexicanos. En lugar de exigir una redefinición del consenso nacionalista ante Washington, sectores progresistas andan haciendo campaña a favor de Hillary. México pierde- pierde en las agendas de Trump y Hillary.

The White House 2016: Aunque el establishment que apuntala a Hillary Clinton da por liquidado a Donald Trump, algunos analistas dicen que el empresario sigue vivo porque se mueve en un territorio que no le han tocado: el vínculo emocional con sus electores… La gran ofensiva de Trump contra Hillary serán los abusos sexuales de Bill… La encuesta de Los Angeles Times sigue dando un ascenso en los votos por Trump.


Política para dummies: La política es una carrera de resistencia en la que pierde el que se confía demasiado.

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@carlosramirezh