La humillación

 

Conveniente un balance de nuestras relaciones con Estados Unidos


Ignoro cuáles son los conocimientos en política moderna de nuestros actuales gobernantes, pero lo que sí les recomendaría es leer aquella parte de la historia que se desencadenó tras el intento de golpe de Estado en la Unión Soviética que del 19 al 21 de agosto de 1991 quiso derrocar a Mijaíl Gorbachov, el autor de la Perestroika y el responsable de Glásnost (la transparencia).

Y es que, ese golpe a pesar de haber fracasado dejó un saldo de tres muertos, un cambio definitivo de régimen y el inicio de un proceso de humillaciones constantes a las que Gorbachov fue sometido.

Puesto que el mal cálculo de Mijaíl Gorbachov para distinguir a sus enemigos de sus colegas, terminó por labrar el destino político que finalmente tuvo.

Ya que después de superar la crisis y de haber creado un nuevo fenómeno político en la URSS llamado Boris Yeltsin; Gorbachov –convertido en el político de moda a nivel mundial– se encontraba firmando una serie de decretos entre los cuales estaba su dimisión y la disolución del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) fundado por Lenin que había gobernado la URSS durante 70 años.

En política lo más difícil y lo más peligroso no es perder o ganar, sino hacer el ridículo y humillarse.

Y en ese sentido, nunca fui de los que consideraron que el hecho de invitar a Donald Trump a México era una jugada magistral, ya que siempre me pareció que ese acto tendría el mismo efecto que si Adolfo Hitler hubiera visitado los terrenos judíos de Polonia durante su campaña electoral.

Sin duda hay aspectos que no se pueden cambiar más que con determinación y espíritu de lucha y Trump es uno de ellos.

Por eso observando el espectáculo mundial, el dolor lacerante del país y la sensación de frustración y vergüenza,sólo se me ocurre recordar que la humillación es algo que en términos políticos tiene un costo mucho más alto que el de la equivocación.

Y ahora México está humillado por todo lo que hizo Trump a partir de invitarlo a visitar nuestro territorio y reunirse con nuestro Presidente.

Por lo tanto, en este momento sería conveniente hacer un balance de nuestras relaciones con Estados Unidos, porque al parecer los que hoy gobiernan nunca fueron sensibles con el tema y ahora después de todo esto hay que confrontar todas las tormentas, los rayos y los truenos que se han desatado.

Aunque, sin duda, una de las pocas cosas que ayudarían a nuestro Presidente a salvar la cara y a despojarse de ese amargo sabor que le ha dejado la humillación autoinfligida, sería la dimisión del responsable de la sugerencia y la asunción pública de semejante catástrofe.

@antonio_navalon