Un buen TLC

 

La negociación del TLC será “una montaña rusa”


El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, una de las figuras más eficientes y más discretas del sexenio, el hombre al que le tocó dar la cara antes de la visita de Donald Trump para decir que el daño que hará el magnate será irreparable en el mundo; ahora augura que la negociación del TLC será “una montaña rusa”.

Estoy de acuerdo con ello, habrá días buenos y malos, pero lo que no dice Guajardo –no porque lo ignore o porque lo oculte– es que los mexicanos podemos cruzar los dedos puesto que todo lo que está pasando en Washington y dentro de la familia Trump puede resultar positivo para México.

Y es que, a pesar de que esa situación no es tan buena para algunas autoridades de nuestro país que tienen su suerte política y personal fijada en el hecho de que a Jared Kushner le vaya bien, sí es positiva para nosotros en un contexto en el que ahora con un nuevo jefe de gabinete como el secretario John Kelly se va conformando un curioso escenario.

En primera, porque ya estamos en medio de la completa nixonización del Trumpismo donde el general Kelly ya tiene el mismo papel de controlador absoluto de la Casa Blanca que en su momento tuvo el general Alexander Haig.

En segunda, porque sólo nos hace falta ver cómo Kelly destituyó a Scaramucci de su cargo como director de Comunicaciones de Presidencia.

Y en tercera, porque rodeado de generales, estando cada vez más sitiado por las consecuencias de sus políticas anunciadas antes de llegar al poder y por sus irresponsabilidades una vez que alcanzó la Presidencia, Trump se va convirtiendo día con día en un problema mayor y en una amenaza menor.

Pero al mismo tiempo su gabinete necesita hacer las cosas en función del sagrado interés de los Estados Unidos de América. Y desde ese punto de vista la negociación del TLC ya no es un acto visceral basado en el racismo o en el desconocimiento, sino que es un cálculo matemático cuyo resultado tendrá que cambiar la situación para ambas partes porque claramente es mejor tener ese tratado que prescindir de él.

Técnicamente estamos bien preparados y repito tenemos la suerte de contar con un negociador que ha demostrado en el sexenio una gran eficacia y coherencia.

En términos políticos el contexto se va perfilando mejor para nosotros y en esta ocasión lo único que hay que saber es que seguramente cuando llegue el momento en el que la negociación del TLC termine, Kushner el “golden boy” estará en otro sitio y la expectativa de que él sería la salvación de la relación con México se habrá desmoronado, poniendo de manifiesto que las instituciones delegan en un solo hombre un cálculo equivocado.

@antonio_navalon