Un debate predecible

 

Todos iban atacar a AMLO, que los independientes no dieron el ancho esperado, que Meade tendría un tono institucional, que Anaya quedó atrapado en los cuestionamientos


En el primer debate presidencial se cumplieron los pronósticos: todos iban atacar a AMLO, que los independientes no dieron el ancho esperado, que Meade tendría un tono institucional, que Anaya quedó atrapado en los cuestionamientos y que López Obrador “líder en las encuestas” mostrara su vena antisistémica.

Que los estrategas de Meade se quedaron cortos, pues no pudieron romper con el acartonamiento que lo ha caracterizado en sus actos de campaña: su discurso careció de entusiasmo, su lenguaje corporal fue limitado, su acusación sobre los departamentos de AMLO no tuvo impacto, sus acusaciones fueron discretas, no explotó su carisma. Sin embargo, mostró conocimiento de los problemas que enfrenta el país.

López Obrador expuso que las acusaciones y calumnias le hacen lo que al viento a Juárez. Pese a los múltiples ataques de los que fue objeto, en ningún momento perdió la cordura, ni la paciencia. Mostró una mayor agilidad que en los pasados debates, incluso se le vio cómodo y confiado.

Ricardo Anaya se vio preparado para defenderse en el debate ante las acusaciones obvias que le iban a plantear, del cual salió técnicamente airoso. Supo administrar bien sus intervenciones y el tiempo para cada una de ellas, dada su capacidad oratoria para romper el debate, lo cual no sucedió.

“El Bronco” y Margarita, quienes representan a los independientes, no modificaron el rumbo del debate; por ser la primera vez que contamos con candidaturas independientes, los reflectores apuntaban hacia ellos, quienes mostraron una retórica muy fofa, especialmente Margarita Zavala.

En síntesis y en particular, mi opinión sobre el debate del domingo poco o nada modificará las tendencias que hasta ahora llevan a la cabeza a López Obrador.

Esperamos que los estrategas de Meade y Anaya, aprendan las lecciones de este debate, si quieren revertir la tendencia. Y los independientes –que de independientes no tienen nada– vienen tan solo a cumplir una presencia pactada.