Un poco de Cuba

 

Ahora está la oportunidad de avanzar a otros escalafones del progreso económico del país


Cuba se mantuvo al margen de las enormes transformaciones que se sucedían en los mercados de Occidente durante varias décadas. Ahora está la oportunidad de avanzar a otros escalafones del progreso económico del país y de los habitantes de este país. Y lo mejor es que necesita conseguir socios.

Ahora sin Fidel Castro Ruz, como líder moral, el camino es revertir los rezagos en el tema agrario, solventar los efectos adversos por catástrofes naturales para empezar a dar viabilidad a una economía sana y a mejores situaciones de vida. Cuba es un país adelantado en educación, salud, cultura, entre otros rubros; sin embargo, el acceso a otros bienes y servicios, están distantes de la media mundial para países similares, como pudieran ser indicadores de recreación, viajes, transporte, comunicaciones, etcétera. Y es que a pesar de que existan buenos niveles de educación, el sector informal cubre todos los servicios, desde el transporte hasta la distribución de alimentos, los productos exportados, la vivienda, gasolina. La única razón posible para la existencia de un mercado negro tan enorme, es que el sector formal, que en el caso de Cuba está casi totalmente cubierto por el Estado, es incapaz de cubrir todas las necesidades de consumo de la población.

Lo que anima a la economía es que en una Cuba ya post-Fidel se entra en el proceso de apertura comercial progresiva. De esta forma, Cuba se convierte en el mercado número 15 para la exportación de carne bovina colombiana y refuerza su apuesta por reintegrarse en los mercados internacionales.

Los especialistas en economía latinoamericana advierten que la isla se enfrenta también al reto de lograr una demanda interna consistente que le confiera estabilidad al crecimiento.

Y es que Cuba tampoco está exenta del contexto adverso, ya que la crisis de Venezuela tendría un efecto negativo sobre la economía cubana. Así que se verán de nueva cuenta ajustes a la economía y una tímida apertura comercial en la que México está dispuesto a entrar ahora que las relaciones se encuentran sólidas.