Una agradable sorpresa

 

Donald Trump nada todos los días contra sí mismo


Confieso que siempre me pareció muy arriesgado que la relación bilateral entre México y Estados Unidos dependa de que Luis Videgaray y Jared Kushner se entiendan muy bien y se tengan confianza.

Sin embargo, como demostró la “Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica”, realizada en Miami, y como demostrará la reunión de la OEA que se lleva a cabo en Cancún, el trabajo ha sido más profundo, más productivo y ojalá más serio que nunca.

Si alguien me hubiera dicho hace tres meses que veríamos a Videgaray y a Tillerson de tú a tú, a Osorio y a Kelly de tú a tú, a Meade y a Mnuchin de tú a tú, buscando soluciones y no sólo centrarse en el pecado original de ser mexicanos; no lo hubiera creído.

Y es que, ya estamos teniendo un mayor protagonismo en la relación bilateral. Nunca habían sido tan importantes los riesgos como los que estamos tomando ahora, aunque sería más riesgoso no hacer nada y morir ante la fuerza implacable y ante la Blitzkrieg -la guerra relámpago- del emperador Trump.

Donald Trump nada todos los días contra sí mismo y todas las mañanas le grita al pájaro azul de Twitter que él tiene razón y que eso fortalece a las tropas que le harán vencer las divisiones de las fake news y los viejos medios de comunicación.

Además hay que ser conscientes de que Trump es imprevisible, no sólo para nosotros, también para los suyos y para su gobierno. No sé si en el plano familiar será tan difícil estar con él, pero en el plano oficial evidentemente es una pesadilla.

Hay un estadio superior al de la mentira y ése es el de la ignorancia sobre lo que uno mismo hace.

Ahora en el “Russiangate” pero sobre todo en el “Trumpgate” -porque no hay que ser modestos- el gran problema es que el presidente de Estados Unidos no es consciente de lo que ha hecho y mucho menos de lo que han hecho en su nombre o le han obligado a hacer.

Una vez dicho eso hay que reconocer que el TLC estará mejor negociado en estas condiciones y que ahora el papel impuesto desde la Casa Blanca, más allá de Tillerson y el Departamento de Estado, y de las estructuras que han controlado la relación bilateral; el papel de nuestro país es más importante y dominante.

Aunque ya veremos qué tan profundo se vuelve, porque eso depende de que Trump –pero sobre todo Kushner– se sostenga para que esto acabe bien, aunque no creo que eso no suceda antes de 2018.

Pero mientras tanto se van produciendo acciones de protagonismo –como ahora está pasando para resolver el caso venezolano– tan necesarias, tan importantes y tan claves para el papel de México en la región.

Más protagonismo ahí, menos problemas con el TLC y más unión frente a terceros: adiós al muro.

Twitter @antonio_navalon