Una dama tras La Casa Blanca

 

¿Por qué no hay nada que celebrar todavía?


Mientras en otras latitudes se curan las heridas tras una intensa jornada electoral, en EU los demócratas ya cuentan con quién será quien los represente en la elección presidencial del 8 de noviembre: Hillary
Clinton.

“La victoria de esta noche no pertenece a una sola persona, pertenece a generaciones de mujeres y hombres que han luchado y se han sacrificado para hacer posible este momento”, declaró Clinton, el martes en Nueva York.

Poco tiempo para celebrar sobre lo que supone el hito de la nominación de una mujer a La Casa Blanca, ya que ni el partido Demócrata ni el Republicano lo habían hecho luego de 56 elecciones presidenciales.

¿Por qué no hay nada que celebrar todavía?, porque enfrente la espera Donald Trump, una aduana que parece complicada de sortear.

Y es que Hillary carece del carisma de su marido Bill. A ella se le reprocha la falta de empatía, la dificultad para entusiasmar. Ha afirmado: “no soy un político natural, por si no lo había notado”.

Sus discursos suelen ser aburridos, muy al contrario de los de Donald Trump, un showman capaz de hipnotizar a las masas con sus imprevisibles salidas de tono, exabruptos y radicalismos.

Hace ocho años ya que EU eligió a su primer presidente negro, ahora los demócratas eligen a la primera mujer a la presidencia, y los republicanos presentan a Donald Trump, criticado por ellos mismos debido a sus declaraciones racistas y misóginas.

Hillary Clinton cuenta con una amplia coalición de afroamericanos, hispanos y mujeres, pero necesitará ampliarla para sumar a su proyecto a los sanderistas de izquierda y los votantes moderados de centro.

Tal vez, incluso a uno que otro republicano espantado por la posibilidad de ver a Donald Trump en en la Casa Blanca. ¿Lo logrará?