Una elección singular

 

Olas de la indignación popular contra el acantilado de instituciones


Declaración a declaración, tuit a tuit y video a video en las redes sociales, la campaña aún no comienza.

Me explicaré. No hay que confundir los lamentos, el dolor, las convicciones y el rechazo de nuestro pueblo con la acciónreacción frente a una oferta política.

Cada vez que veo al líder de las encuestas coronado por las flores de los lugares donde hace sus mítines, me resulta inevitable recordar la campaña de 2014 del ahora primer ministro de India, Narendra Modi.

Y es que, con un discurso nacionalista y capitalizando el hartazgo del pueblo indio ante la corrupción de la dinastía Gandhi y el dominio del Partido del Congreso en India –que gobernó durante más tiempo en la historia de ese país (54 años)–, Modi del Partido Bharatiya Janata produjo un cambio que siempre se estimó como superficial, pero que a pesar del peligro que representa su nacionalismo tan radical y tan diferente al de sus hermanos musulmanes, éste lo asentó en el poder y todo parece indicar que las flores del nacionalismo no se están marchitando.

Me temo que ahora la sociedad, los partidos y todos los que de una u otra forma vivimos del llamado establishment, estamos percibiendo mal esta precampaña en México.

Hasta el momento esto no ha sido una precampaña de partido, ni siquiera de líderes que pretenden sentarse en la silla del águila. Porque ésta se ha perfilado como la precampaña del hartazgo de un pueblo que va manifestando de manera callada, pero firme y con la fuerte descomposición de los dos partidos principales, que hemos llegado al fin de una era.

La campañas comenzarán oficialmente en marzo, y lo que hemos presenciado son las olas de la indignación popular contra el acantilado de las instituciones.

Hasta aquí la oferta del cambio pacífico es la que está ganando, y es lo que hace distinta esta precampaña de cualquier otra de las que ya ha hecho el líder que en dos ocasiones obtuvo la mayoría y en las dos la perdió.

Estamos observando un efecto avalancha no en las encuestas, no en los mítines, sino en las manifestaciones en redes sociales –ésas que tanto le irritan al Presidente de la República– que reflejan cómo estamos realmente en política.

Estamos en un tiempo nuevo, con nuevas demandas y nuevas exigencias, pero sobre todo con un nuevo protagonista.

Un protagonista que concentra el malestar y el dolor, y no sólo lo manifiesta en el momento de emitir el voto, sino que se va precalentando con todos los datos del menú que se servirá el 1 de julio con ese elemento con el que se tendrá que escuchar lo que están haciendo aquellos que tienen el poder, cómo está reaccionando el pueblo y sobre todo cómo el incremento del descontento va marcando los cauces del río que vendrá.

@antonio_navalon