Una oportunidad para Santa Fe

Edificios en ciudad de mexico, zona Santa Fe 

Santa Fe no sólo debería estar pensada para los altos ejecutivos y sus autos deportivos


La primera vez que fui a París, tuve la necesidad de visitar La Défense, el distrito financiero de la capital francesa ubicado, de hecho, en las afueras. Antes de tomar mi vuelo, un amigo que había vivido mucho tiempo en París me preguntó sobre los lugares que visitaría para hacerme algunas recomendaciones; cuando mencioné que debía visitar La Défense, su respuesta inmediata fue: “¡Eso no es París! Es como si dijeras que Santa Fe es la Ciudad de México”. Y debo confesar que el comentario me había generado algunos prejuicios, puesto que si hay un lugar de la Ciudad de México que no me hace feliz, es justamente Santa Fe; y en efecto, si alguien de fuera me preguntara, yo también diría ¡Eso no es CDMX! Aunque sé que sí lo es.

Para mi fortuna, la realidad es que La Défense no es Santa Fe.

En primer lugar, porque es un sitio plenamente conectado con el corazón parisino a través, tanto del metro como del RER, un sistema de trenes construido para conectar toda la región de Ile de France con los veinte distritos centrales de la capital francesa. Así que yo llegué cómodamente en metro desde mi hotel, que se encontraba en el distrito 16, muy cerca de la avenida Víctor Hugo, la cual te lleva al famoso Arco del Triunfo.

Además de llegar por el metro, a La Défense se puede también llegar por autobús y en automóvil, aunque se busca desincentivar el uso de este sistema de transporte individual; los estacionamientos, por ejemplo, son de costo elevado, además el diseño urbano permite que la gente se mueva de un punto a otro del distrito financiero en bicicletas públicas; incluso vi a muchos oficinistas moverse en scooters eléctricos, y hasta en patines para llegar a los rascacielos donde están las oficinas corporativas de las principales empresas nacionales e internacionales.

Así que, como podrán imaginar, que yo pudiera caminar tranquilamente por la amplísima zona peatonal de este distrito financiero parisino me hizo amarlo porque, obvio, mi referencia era la fría, inaccesible y diseñada para los autos zona de Santa Fe en mi adorada Ciudad de México.

No tengo que contar detalladamente que alguna vez estuve a punto de ser atropellada al tratar de cruzar alguna de esas inmensas avenidas para saltar a alguna de las desoladas banquetas de la zona, que prefirió olvidar, que en la ciudad existen los peatones.

Pero resulta que Santa Fe no sólo debería estar pensada para los altos ejecutivos y sus autos deportivos, que viven en complejos residenciales o edificios inteligentes con estacionamientos privados y seguridad al máximo; pues esas personas, en las empresas y en sus casas, tienen empleados que no pueden, ni en sueños, pagar una vivienda siquiera cerca de allí, y que se ven en la necesidad de utilizar transporte público o caminar para llegar a sus labores cada día.

Cuando supe que se había recuperado un enorme terreno para crear un parque público en Santa Fe, realmente me entusiasmé; pues es lo que necesita la zona más privatizada de la ciudad: recuperación de espacio público incluyente, áreas peatonales seguras y parques que permiten el esparcimiento y la interacción humana. Hoy, La Mexicana es una realidad. No he ido a visitar el parque, y justo en este momento me dirijo hacia la zona de Santa Fe; y realmente estoy tentada a explorarlo… ya les contaré muy pronto si este nuevo pulmón me hará darle una oportunidad a esta parte de la ciudad, de la que me siento tan desconectada.