Verdades completas

 

Los políticos son especialistas en decir “verdades a medias y mentiras completas”


Dicen los especialistas que los políticos mexicanos son especialistas en decir “verdades a medias y mentiras completas”, y tienen mucha razón. La mayor parte de quienes ejercen el acto de gobierno siempre buscan la mejor cara de la circunstancia que se vive en todos los rincones del país, y esa es el que muestran a los ciudadanos para evitar el escarnio popular. Esto no quiere decir que se tenga que mentir todos los días, pero siempre son mejores las buenas noticias que los malos augurios.

Pero también hay que señalar que evidenciar la crudeza de la realidad en algunas ocasiones pudiera generar pánico colectivo y reducir la capacidad de maniobra del esquema gubernativo. De ahí que el manejo de la información y su dosificación en ocasiones tiende a ser sesgada por la estrategia de comunicación o simplemente para ocultar las cosas. De cualquier forma la percepción ciudadana también presenta la particularidad de la intuición colectiva, aunque pocos se atrevan a levantar las voces.

De ahí que tengan que ser los principales actores públicos los que participen en el debate, y las oposiciones juegan un papel fundamental en ello. Quizá es esa circunstancia la que obligó a algunos senadores a retomar un tema que resulta evidente pero al que hasta ahora quizá no han abordado las instituciones de seguridad pública para evitar pánico colectivo. La delincuencia única está ganando la batalla ante el gobierno. Así de simple.

Octubre ha sido el mes más violento del sexenio, y de las dos ultimas décadas recientes, y eso quiere decir que de alguna forma la estrategia de seguridad está fallando o la actividad de la criminalidad está resultando mejor, de acuerdo al punto de vista con el que se le quiera ver. Pero lo peor es que pareciera que ahora que los índices van al alza las cosas pudieran complicarse incluso hasta para quienes presuntamente gozan de protección oficial.

El asesinato del Ombudsman de Baja California Sur, Silvestre de la Toba, y el asesinato del Director de Izzi, Adolfo Lagos, evidencian que la estrategia de seguridad en todo el país no está funcionando, y lo más grave es que hasta ahora no existen acciones concretas que pudieran indicar que desde la estructura gubernamental se está haciendo lo correcto, o al menos se continúa la lucha con posibilidades de resolver el problema. Para decirlo más claro, ahora es la delincuencia la que está ganando la carrera a las estructuras gubernamentales.

Claro está que esto no quiere decir que el fracaso comience a asomar el rostro, pero resulta evidente que no se están haciendo bien las cosas, y que ahora estamos más expuestos y somos más vulnerables ante la delincuencia. Los asaltos al transporte, en las carreteras, en las calles, en el Metro, en casas habitación, en el robo de cajeros, son una muestra de nuestra indefensión, pero que el Estado no tenga resultados demuestra que la ineficiencia campea por todos lados desde hace muchos ayeres. Así de simple nuestra lamentable circunstancia, estamos perdiendo la batalla contra la delincuencia. Al tiempo