Ya es presidente

 

Pese a que era algo que se veía venir, siempre lo negamos


No hay nada nuevo bajo el Sol, Trump ya es presidente. Y es que, pese a que era algo que se veía venir, siempre lo negamos y quisimos creer que el sentido común y la lógica lo impedirían.

Pero lo que más me asombra del 8 de noviembre es que da la impresión de que Trump ha sido un fenómeno que nació de la noche a la mañana, porque eso es mentira.

Trump lleva años gestándose en el corazón de Estados Unidos y seguramente en la estructura del mundo desde que se decidió que una crisis que había dejado en ese país a millones de personas sin casa, se podía solventar sólo con una simple disculpa.

Barack Obama y todos nosotros creímos que la crisis pasaría, sin embargo, eso no sucedió y ahora ha traído consigo desesperanza, desilusión, fracaso y la ausencia de unos programas de gobierno que nos podrían permitir la recuperación de la eficiencia pública y la confianza de los pueblos.

A Trump le gusta jugar con la realidad, y es que imagínense que el ahora 45º presidente de EU, logró serlo después de haber resistido todos los virus que han ido matando a la clase política de los últimos 50 años.

Y en ese sentido, todos lo opinólogos, todos los think tanks y todas las escuelas del pensamiento no servimos absolutamente para nada.

Trump ya es presidente y lo es con una resistencia que a partir de aquí lo posiciona como un peligro que lo puede todo. Es más, sin que suene vulgar y con mucho respeto para población femenina, él podría incluso tomar por los genitales, como cuando se refirió a las mujeres, a la propia historia.

En el caso de México creo que ahora se ha impuesto la serenidad y la inteligencia, y es que los pueblos en los que de verdad sobreviven las culturas son aquellos que son capaces de aprovechar la fuerza del enemigo.

Y en ese contexto, nosotros los mexicanos tenemos que recuperar primero la dignidad nacional, después el sentido común y finalmente saber que por cada dólar que nos dan nosotros entregamos el doble de esfuerzo, trabajo y dedicación.

Por otra parte, lo que debemos saber es que el sistema se acabó y en esta ocasión Estados Unidos ha elegido a uno de los que más se ha aprovechado del sistema para anunciar que su hora ya pasó.

Eso nos obliga a jubilarnos antes de salir por la ventana de la historia, que es por donde ahora está saliendo la clase política estadounidense.

Trump no es un político republicano, no ganaron los republicanos, ganó él contra el mundo. Y ahora veremos qué hacen los senadores y los congresistas, porque es un presidente que lo controlará todo y de aquí a poder convertirse en el führer del siglo XXI sólo hay un paso en materia de inteligencia política. ¿Pasará?