A 2 años de gobierno: ¿Blanco o Negro?

A 2 años de gobierno: ¿Blanco o Negro?
 

Lo importante a partir de ahora será fortalecer la capacidad de respuesta efectiva a los temas centrales y la velocidad de adaptación del Gobierno a las nuevas condiciones post-covid.


Por: Juan Carlos Zepeda*

“El 71% de los mexicanos desean que sigamos gobernando, y con eso tenemos…”, dijo casi al final de su Segundo Informe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador. Esta narrativa oficial se ha consolidado sobre todo mediante un aparato muy efectivo de difusión que parte de las 504 conferencias de prensa mañaneras hasta hoy y el registro de las visitas del Presidente a todos los estados del país.   

Sin duda esta primera etapa ha sido de transformación, para unos un cambio necesario e impostergable, y para otros un grave retroceso en varias de las áreas fundamentales del País. Es difícil que haya puntos intermedios en los análisis de la gestión de la 4T y sobre todo alrededor del papel que ha jugado el mismo Presidente en este periodo. Se le quiere con todo o se le rechaza tajantemente. 

El lema fundacional de este Gobierno de “Primero los pobres” ha sido la base del éxito de esta aprobación social. No podría estar mejor la aprobación del Presidente en medio de la crisis mundial y nacional que atravesamos. Entre quienes lo siguen y defienden a capa y espada, destacan su honradez a prueba de todo, el estilo humano, cercano, modesto, sencillo y hasta bondadoso con el que ha recorrido el país, que contrasta completamente con aquellos “conservadores” que lo ven soberbio, prepotente, intolerante, acosador  y hasta mentiroso, todo en pos de un proyecto más personal que de Nación. 

La cancelación del Nuevo AICM, el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, la ratificación del T-MEC, la nueva Reforma Laboral y la entrega -aunque tardía- de los apoyos directos “sin corrupción” a los sectores más desprotegidos de la sociedad, son acciones bien evaluadas por los mexicanos. 

Por el otro lado, tendremos en el 2020 el año más violento de la historia del país con la mayor cifra de homicidios dolosos y el lento manejo de la pandemia con más de 230 mil mexicanos fallecidos por Covid-19, así como la falta de crecimiento económico y la pobreza lacerante, que con la pandemia se vieron agravados.

Tal vez la parte más débil de la Administración ha sido la respuesta lenta y tardía de un Gabinete que, salvo honrosas excepciones, no ha podido gestionar ni interna ni externamente muchos de los temas clave, y con errores evidentes de los que deberían aprender: Emilio Lozoya extraditado en medio de un gran circo sin resultados absolutos; los casos del abogado Juan Collado, Emilio Zebadúa y Rosario Robles con todas las dudas y reservas; el del general Salvador Cienfuegos; el fallido operativo contra Ovidio Guzmán y el saludo a la mamá del Chapo Guzmán, así como la “no rifa” del avión presidencial, entre otros. 

Pero no todo debe ser blanco o negro. Este Gobierno ha dado pasos dolorosos pero necesarios en muchos temas, y sin duda también ha cometido graves y profundos errores. Lo importante a partir de ahora será fortalecer la capacidad de respuesta efectiva a los temas centrales y la velocidad de adaptación del Gobierno a las nuevas condiciones post-covid.

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* Maestro en Historia del Pensamiento. 

Socio Director de FWD Consultores.