Acuse de recibo (Tres)

El Pico del Pollo |

Por: Alfredo Albíter Sánchez

En la entrega anterior, platicamos sobre la ruta larga que siguen los -en este caso- presidentes municipales en la intención de “maquillar” el uso del dinero para un fin distinto al señalado, considerado y estipulado.

Aquí una parte de lo mencionado; “¿Por qué la ruta larga?, porque se requiere de la participación de incondicionales para la firma y el “maquillaje” en procedimientos -obviamente a ellos también les reporta un beneficio económico-, ya aprovechando. Luego entonces, la ruta para investigar, determinar, sancionar y demás se torna lenta y tortuosa, pero no imposible”…

Aprovechando algunos vacíos o bien interpretando otros, hay gente específica, que se dedica a la ingeniería financiera. ¿Cuál es el papel en esto?, pues justo, llevar las cosas a los terrenos en donde el organismo o la instancia, no tiene los dientes suficientes para actuar en forma más ágil y rápida…

Por eso Juan ROBOlfo (que no es autoría mía) y su gente –Marco Aguilar y Eduardo Segura, entre otros- se dieron vuelo con los más de 2 mil 500 millones de pesos observados por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM)…

Ahí está pues, parte de la respuesta del organismo, en “materia de obras, el gasto para materiales y artículos de construcción y reparación, se realizó por adjudicación directa, es decir, no se hicieron procedimientos de licitación de Ley, además de que en algunos casos no se encontró evidencia legal comprobatoria de la entrega de bienes adquiridos, así como, de su uso y destino”…

Según me dicen, en buen cristiano, eso quiere decir que las obras fueron de papel, es decir, el dinero no se aplicó en lo que dicen oficios y documentos, sino en, por ejemplo “Rancho Blanco”…

Han visto cómo quedó la calzada de entrada y salida a ese pequeño “predio”. No bueno, tecnología de punta en su construcción, según un especialista, no habrá la necesidad de meter dinero, recursos pues, en menos de década y media. Una chulada.

Ahora bien, esto no significa ausencia total del recurso en las obras que, seguro, aparecerán en documentos, sería suicida, pero ¿qué tal sólo dedicar un 10 por ciento -cuando mucho- a la obra, con el fin de justificar la foto, y el resto, pues para la bolsa propia? Ya le seguiremos.

La rabadilla del Pollo

Pollos en el tejado me dicen, ahí va otra instrucción del “cuenta chiles” de la Cámara de Diputados, el secretario de Administración, Luis David Miranda Gómez, para cumplir con la austeridad, se “racionó” el uso de recursos en el Poder Legislativo.

Por ello, si solicitan 100 hojas para trabajos de la oficina de un diputado -que no sea de Morena- se entregan sólo 50; diez lápices -ni en sueños- uno o dos. Pero que no se trate de ellos, porque entonces sí, “viva la vida”…

Aunque el INEGI, diga lo contrario.

Por hoy, cierro pico. Shalom.

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