Boston sigue corriendo

Maratón de Boston
 

El Maratón de Boston ha logrado en pleno mes de octubre de 2021 el resurgir de una ciudad, de una sociedad, de unas personas, que guardan recuerdos y viven emociones controvertidas en torno a este gran evento que significa tanto.


Rompecabezas |

Por: Carlos Herrero

El 15 de abril de 2013, a las 2.49 p.m, explotaba una bomba de fabricación casera durante el Maratón de Boston en la céntrica Calle Boylston, causando 282 heridos. El terrorismo internacional y el puritanismo islámico convertido en guerra santa, no pudieron ni han podido con la democrática ciudad de Boston.

El 16 de marzo de 2019, el COVID se instala en el mundo y se adopta la decisión en Estados Unidos de eliminar todas las actividades de carácter social y deportivo, incluido el Maratón de Boston. Pero ni el virus del terrorismo mal llamado islámico ni el más amenazante de la pandemia que hemos sufrido en estos 20 meses han podido con la abierta ciudad de Boston.

Ayer se celebró de nuevo el Maratón con una participación ciudadana masiva. Con medidas de seguridad general muy exigentes (helicópteros, francotiradores, perros detectores de bombas, controles en centros comerciales) y medidas de salud adecuadas, Boston recibió la ilusión que genera correr por sus calles con toda libertad.

La ciudad de Boston sigue corriendo hacia adelante conocedora de sus profundas raíces humanas y políticas, queriendo recuperar un presente que parecía escaparse en las dos ocasiones mencionadas. Las ciudades que permanecen anquilosadas en el pasado mueren viviendo.

Hay ciudades que tienen su propio brillo, su propia vida, su propia alegría, su propio estilo. Boston es con toda seguridad una de ellas. La suma de su vida universitaria con su vida política, social y económica genera un ambiente extraordinario.

A ambos lados de las grandes calles de la ciudad, se encontraba una sociedad exultante que en cada grito quería recuperar el tiempo y la ilusión. Cada dorsal representaba recuerdos, alegrías, tristezas, ilusiones. Una ciudad que vence al terrorismo y al COVID, se merecía un momento tan festivo.

El mundo y particularmente sus ciudades requieren recuperar la normalidad de la vida. Como me decía mi gran amigo Nacho Suárez, director de noticias de TVAzteca, hay que seguir en la vida y vivir muriendo. La vida nos sobrepasa y causa una nueva energía. Supera a todo tipo de muerte porque la vida sobreabunda a pesar de todo.

Las ciudades son el gran centro de la vida de cada país. Estados Unidos es Nueva York, Washington, Chicago, Boston, Los Ángeles, Miami. México es la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Cancún. En cada una de ellas se desarrolla una vida que aporta a todo el país. Cada centro humano se convierte en un sentimiento de pertenencia del país, con sus propias especificidades y sus aportaciones.

Los acontecimientos deportivos relevantes como el maratón se crearon en Grecia para crear amistad y armonía entre las naciones. La inteligencia de los antiguos griegos no fallaba en su visión de estos grandes acontecimientos.

El Maratón de Boston ha logrado en pleno mes de octubre de 2021 el resurgir de una ciudad, de una sociedad, de unas personas, que guardan recuerdos y viven emociones controvertidas en torno a este gran evento que significa tanto. Además, como acontecimiento deportivo y social aporta un desarrollo turístico y económico de alto valor para la ciudad.


Deberíamos pensar más en estas opciones que generan calidad de vida que quedarnos a llorar por los rincones sobre el pasado, el COVID, el terrorismo, la inseguridad y el pasado. Si el mundo sigue cambiando cada 24 años, nuestra actitud debe mejorar con la misma velocidad.


Boston sigue corriendo hacia el futuro recuperando apasionadamente su presente.