Como el cohetero

 

Realmente el esquema actual que estamos viendo en la economía mundial resulta inédito y es en este escenario cuando resalta la inviabilidad de esa triple responsabilidad.


Por Rodrigo Patiño*

@RoPatinoP

Todos los bancos centrales del mundo tienen como principal objetivo impedir que la inflación crezca demasiado y, para controlar esta situación alarmante para los países, tiene como principal arma el control de las tasas políticas a las que recibe los depósitos de los bancos comerciales. Si la inflación intenta rebasar los límites que resultan adecuados para la economía y los mercados, suben su tasa de referencia, limitan el acceso al crédito y evitan el sobrecalentamiento de la economía. Si por el contrario, la inflación se mantiene bajo control y la economía está languideciendo por falta de estímulos, disminuyen sus tasas y todos contentos.

Sin embargo, como ya comentamos en pasadas participaciones, el problema actual no se percibe como un efecto de sobrecalentamiento de la economía, sino más bien como una falta de insumos para la producción. Si los bancos centrales, de acuerdo con la gastada recetita, suben las tasas para desalentar el consumo, le están dando la puntilla a los productores: sin insumos y con tasas de interés muy altas, no podrán producir y sus empresas se irán a la ruina.

Solamente hay un banco central que adicionalmente a su encomienda de salvaguardar el poder adquisitivo de su moneda, también debe promover el crecimiento económico y la generación de empleos: la Reserva Federal de los EEUU. Menuda responsabilidad. Cuando se conoce este hecho, sin razonarlo en demasía, se piensa que es muy loable que una instancia gubernamental tenga esta alta responsabilidad.

Sin embargo, esta triple responsabilidad, hace prácticamente inviable cumplirla. Sobre todo pensando en que los instrumentos con los que cuenta son limitados. No es el responsable de la política económica y fiscal. Solo es responsable de la política monetaria. Le asignaron objetivos que no puede cumplir. Jerome Powel, el Presidente de la FED, se encuentra en un pernicioso laberinto que le impide cumplir cabalmente con los objetivos tan amplios que depositaron en sus espaldas.

Con todo el mundo queda mal. Sus responsabilidades están encontradas: si sube tasas para combatir la inflación, dentro de una política hawkish, la economía carece del combustible que le da el crédito y no produce; si no produce, el empleo se desploma. Por el contrario, si se mantiene laxo en sus tasas de interés, dentro de una política dovish, la producción y el empleo se mantienen, pero la inflación continúa deteriorando el poder adquisitivo de los consumidores.

Realmente el esquema actual que estamos viendo en la economía mundial resulta inédito y es en este escenario cuando resalta la inviabilidad de esa triple responsabilidad. Están depositando en un solo organismo, los objetivos de todo el gabinete económico de la mayor economía mundial.

*Analista financiero