Por primera vez en la historia de este país la Suprema Corte emplazó al Congreso a que cumpla con una obligación.
A hacer la Ley de Publicidad Oficial, hace más de dos años nos obligaba a hacerla, y es capaz la Corte de destituir a los 500 diputados y a todos los senadores. ¿De qué se trata? De establecer qué reglas deben de imperar para la publicidad oficial.
En mi opinión: debe de prohibirse la promoción personal, debe de prohibirse que se gaste el dinero tuyo, de tus impuestos, en decir que lo bueno cuenta, que el alcalde o la alcaldesa es lo mejor y que el gobernador no tiene parangón en la historia.
Nada más para que te des una idea, el año pasado el presidente de la República presupuestó dos mil millones de pesos en publicidad y se gastó ocho mil, cuatro veces más, para decirte que tu dinero está bien gastado porque lo bueno cuenta y así, así, la verdad que no cuenta.
