El facilitador 

El facilitador 
 

Sólo con Ebrard y Romo, el presidente puede tener la suficiente confianza para dejar en claro cómo va el proyecto y son quienes tiene el pulso de las decisiones que se tienen a futuro para el proyecto transexenal de la cuatroté y no sólo en materia económica sino también en lo político.


Dobleces |

Por: Israel Mendoza Pérez

Fuera de los reflectores atraídos por el poder de Palacio Nacional, Alfonso Romo se dejó ver como el segundo personaje de relevancia en la cuatroté y a quien el Presidente aún guarda como una de sus llaves para el acercamiento con sectores económicos que han marcado su distancia del gobierno.

Su más reciente operación superó su “cargo” no oficial de asesor y enlace no institucional con los empresarios. Ahora prestó su casa en el Club Hípico La Silla para reunirse con empresario regiomontanos, así como para enlazar la llamada del mandatario mexicano y el canciller Marcelo Ebrard con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

En la foto en la que se encuentra el Presidente, el secretario Marcelo Ebrard, y el empresario, asesor y anfitrión deja ver que Romo no sólo apostó su capital económico al modelo alternativo de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino sus contactos políticos también los puso en riesgo al jugársela en grande. Romo hasta hace unos años se mostraba como un empresario dinámico. Incluso llegó a estar la lista de Forbes y se ubicaba cercano a círculos políticos de distintos colores. Sin embargo, después de su paso por el gobierno se ve lejano que vuelva a tener negocios con los integrantes de las cúpulas empresariales. Desde ahora, carga con el estigma de la 4-T.

Y es que Romo fue el enlace para llamada entre ambos presidentes ya que al empresario se le considera como el ideólogo y coordinador de la elaboración del Proyecto de Nación 2018-2024. Antecedente del Plan Nacional de Desarrollo. Con ese aspecto a su favor se colocó encima del secretario de Hacienda, Arturo Romo y de economía Graciela Márquez. Las pruebas están a la vista. Fueron los ausentes.

El pasado 2 de diciembre, Alfonso Romo dejó la titularidad de la Oficina de la Presidencia de la República, cargo que ocupó dos años, y desde su posición de empresario funge como el vínculo con el sector empresarial. Ahora se colocó por encima de dos secretarios y por lo visto con Ebrard ya comenzó la estrategia futura ya que no sólo se habló de temas diplomáticos, en la sobremesa de la post-llamada con Biden. Se hablaron de los temas económicos más relevantes. Además del anuncio de abrir el mercado de las vacunas al sector privado.

Sólo con Ebrard y Romo, el presidente puede tener la suficiente confianza para dejar en claro cómo va el proyecto y son quienes tiene el pulso de las decisiones que se tienen a futuro para el proyecto transexenal de la cuatroté y no sólo en materia económica sino también en lo político.

La presencia de Romo volvió a provocar la molestia en el gabinete ya que aún cuanto opera por fuera de Palacio es el segundo personaje con poder de picaporte y de facilitar al presidente lo que no le ofrecen los colaboradores institucionales.

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