El gran siervo

El gran siervo
 

La nueva es el uso político y faccioso que le dan los “siervos de la nación” a la estrategia de vacunación contra el coronavirus. García Hernández rinde pocas explicaciones, mientras sus resultados no salten como temas prioritarios en la conferencia mañanera.


Dobleces |

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Desde su creación, la figura de “siervos de la nación” se concibió fuera de la esfera institucional y más bien se trabajó en un proyecto con tintes de trabajo político a “ras de tierra”. Insertar a funcionarios en comunidades alejadas y en los suburbios se convirtió en una estrategia de largo aliento que no sólo funciona para los tiempos electorales. Ahora, en plena pandemia, el trabajo encargado a Gabriel García Hernández, Coordinador General de Programas para el Desarrollo del Gobierno Federal le funcionó para incorporar a este grupo de funcionarios en el esquema de vacunación y la distribución futura de la inmunización en sectores de interés político-electoral.

En el organigrama de la cuatroté, en materia de programas sociales, tanto Gabriel García como el titular de la Secretaría de Bienestar, Javier May, se encuentra en la misma condición en la toma de decisiones y de ampliar proyectos. Sin embargo, García Hernández, tiene derecho de picaporte en Palacio Nacional. Ahí, el fondo son las formas. Javier May no cuenta con las confianzas ganadas por García.

La manga ancha que se le dio a Gabriel García, coordinador de los superdelegados, le hizo daño y permitió que se distorsionará el objetivo de este grupo de funcionarios. Encontró una plataforma política y la oportunidad de tener más fuerza que un secretario de Estado. Su posición es superior en alcances a la de May, pero al mismo tiempo sus capacidades operativas no le dan oportunidad para fiscalizar el trabajo de cada uno de los superdelegados y los estropicios abundan.

La nueva es el uso político y faccioso que le dan los “siervos de la nación” a la estrategia de vacunación contra el coronavirus. García Hernández rinde pocas explicaciones, mientras sus resultados no salten como temas prioritarios en la conferencia mañanera. De acuerdo con las versiones a su alrededor es en la práctica quien ejerce un trabajo de supersecretario y consejero.

Y es que por sus manos pasan los principales programas del Bienestar, como adultos mayores y menores de edad y ahora, la tarea de vacunación del gobierno federal, la cual estaría expuesta a los manejos que le den los “servidores de la nación”. Al menos se tiene un registro de 19 mil “servidores de la nación” que son los encargados de realizar el censo y posterior selección de la población a la que le será aplicada la vacuna contra el SARS-CoV2.

Los ojos del “círculo rojo” están puestos en García Hernández ya que su trabajó y el de los “siervos” comenzó a notarse de manera súbita. Esto se debe a que la coyuntura de la vacunación hizo evidentes sus movimientos políticos y de intereses partidistas.

Pudo deshacerse de personajes como Amílcar Sandoval y de Carlos Lomelí, con ello afianzó su fuerza política dentro de la estructura de Palacio Nacional. Ahora es el personaje clave de la cuatroté que trabaja a “ras de tierra” y eso es lo que ofrece y vende para mantenerse como uno de los operadores políticos que sabe moverse con bajo perfil y grandes ambiciones. Aunque ya no gusta que su nombre y operaciones comiencen a tomar relevancia en este año electoral.