La política es dinámica y los escenarios cambian. La guerra sucia y el uso faccioso de las instituciones no dejan lugar a dudas de la realidad actual.
El régimen ha convertido a Ricardo Anaya en su peor enemigo, al grado de querer sacarlo de la boleta electoral.
Ya el INE sancionó a la PGR por involucrarse de manera ilegal en la campaña, en agravio de los derechos del candidato frentista.
Los poderosos no le perdonan a Anaya el haber construido las alianzas que derrotaron al PRI en varios estados y que tienen a no pocos exgobernadores priistas juzgados por corrupción. Además, evitó el nombramiento del “fiscal carnal” y es el único comprometido con una Fiscalía que sirva y que sea realmente autónoma.
A diferencia de Andrés Manuel López Obrador que ya le ofreció amnistía anticipada al grupo en el poder, Ricardo Anaya asegura que nadie gozará de impunidad y que todos los escándalos de corrupción serán investigados.
El miedo no anda en burro y “El Peje” está dispuesto a todo para llegar al poder. Por eso pactaron. El PRIAN ya no existe, dejó su lugar al acuerdo PRIMorena, mejor conocido como PRIMOR.
