Fuga panista

Gustavo Madero
 

El nuevo rol de Gustavo Madero, como senador disidente del PAN, muestra su rechazo abierto a la continuidad de Marko Cortés. Sus compañeros de bancada ya habían percibido sus inconformidades, pero no fueron atendidas a tiempo.


Dobleces |

Por: Israel Mendoza Pérez

@imendozape

La discreta fuga de Gustavo Madero del grupo parlamentario del PAN, en el Senado, es un golpe a las aspiraciones reeleccionistas de Marko Cortés. A los panistas no les fue suficiente con los resultados nimios del 6 de junio, llevados de la mano del mismo dirigente que está a unas horas de repetir en el cargo y, ahora, con la adhesión de Madero al grupo parlamentario “plural”, el panismo en el senado pierde a una de las voces mediáticas y de peso al interior de la bancada y del propio partido.

La crisis en el PAN se agudiza. No sólo es la reelección de Cortés. La firma de la carta Madrid, por los senadores panistas más extremistas con el partido español Vox, la inconformidad del exdirigente panista Gustavo Madero, expresada a través del grupo “plural” es señal clara de que los panistas ya perdieron la brújula y los liderazgos huyen.

El grupo parlamentario “plural” es una muestra de descontento al interior de los partidos y una figura que, puede sentar un precedente para la conformación de futuras bancadas con personajes con causas muy específicas. Los cinco legisladores descartan ser un grupo de choque, y su lucha va por dos vertientes: responder a los temas de la mañanera y consolidar los procesos democráticos al interior de la Cámara Alta.

Lo evidente para los panistas es que en este momento no hubo, por parte de la dirigencia blanquiazul, una operación política para evitar la ruptura entre Cortés Mendoza y Gustavo Madero. Y esto se traduce en una sacudida dentro del PAN y de la propia bancada por la coordinación disfuncional de Julen Rementería.

El papel de Gustavo Madero en el senado será de una doble oposición. Esa es la lectura que no le quiso dar Marko Cortés. Por un lado, el exdirigente panista va en un bloque independiente y su voto ya no estará con la alianza va por México, al tiempo que también detendrá las decisiones de Morena.

La creación del grupo plural es una señal para los demás partidos de que se den más fugas de políticos. Mientras que, en el PAN, hay una serie de componendas, premios y castigos ya que al interior quien tiene poder controla el padrón y los cotos del partido comienzan a desgajar la figura en el Senado. Así llega el PAN a la elección de su dirigente.

El nuevo rol de Gustavo Madero, como senador disidente del PAN, muestra su rechazo abierto a la continuidad de Marko Cortés. Sus compañeros de bancada ya habían percibido sus inconformidades, pero no fueron atendidas a tiempo. Y bajo el argumento de trabajar a favor del bien del país trasciende al panismo pragmático.

A estas alturas el PAN debe corregir lo que está mal en su interior de manera urgente; Marko Cortés debe renovarse o de lo contrario hay un antecedente, a medio camino en la bancada, y lo que sigue es un desprendimiento de mayor alcance que haga un socavón al interior del PAN. Se requiere redireccionar al partido y convertirse en una oposición con alternativa de lo contrario se quedará atrapado en glorias pasadas y con un dirigente de corto alcance.