Imaginar lo inimaginable

 

Pulso Internacional | Hay un escenario que gravita peligrosamente sobre el devenir político de los Estados Unidos de América. Un escenario que hubiera resultado inimaginable en otros tiempos pero no en estos en los que la realidad se ha cansado de demostrarnos que cualquier cosa por descabellada o insensata que sea es más que posible. […]


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Hay un escenario que gravita peligrosamente sobre el devenir político de los Estados Unidos de América. Un escenario que hubiera resultado inimaginable en otros tiempos pero no en estos en los que la realidad se ha cansado de demostrarnos que cualquier cosa por descabellada o insensata que sea es más que posible.

El escenario al que me refiero es que en el desarrollo de las investigaciones previas a un juicio de destitución en contra del presidente Donald Trump pueda probarse de forma contundente que el presidente utilizó el poder del despacho oval para conseguir objetivos políticos personales y el impacto de ello en la opinión pública no sea lo negativo que debería de ser para su imagen pública sino incluso al contrario.

Desde ahora puede darse por descontado que el presidente no va a ser destituido como consecuencia de el juicio de impeachment al que que muy probablemente la Cámara de Representantes dominada por una mayoría demócrata decida someterlo en virtud de que para lograr su destitución es necesario contar con el voto de las dos terceras partes del senado y en esta última cámara los republicanos cuentan con la mayoría. Sin embargo, lo que sí podría ocurrir es que los informes de la investigación dejen muy claro el hecho de que Trump no ha dudado en extorsionar a líderes extranjeros para librar con ventaja su batalla política interna en la Unión Americana de cara a las presidenciales del 2020 en las que pretende reelegirse y aún así la mayoría de la ciudadanía estadounidense lo termine por apoyar.

El anterior no es ni mucho menos un escenario improbable aunque constituiría la debacle de la sociedad americana en virtud de que quedaría demostrado que ni siquiera la traición sólidamente demostrada puede abatir los prejuicios ideológicos y los sentimientos sectarios, racistas, xenófobos y en última instancia, criminales. Todo esto constituye imaginar lo inimaginable.

Por: René Palacios.