La Burbuja

 

El mes pasado el fondo monetario internacional, dio a conocer los datos de cierre del 2022 y su pronóstico para 2023, sorprendiendo a más de un analista.


Por Rodrigo Patiño*

La inflación sigue siendo el principal dolor de cabeza de los banqueros centrales y de los organismos monetarios del mundo. Como ya hemos comentado en participaciones anteriores, la pandemia del COVID y la guerra de Ucrania han tenido una responsabilidad muy importante en esta situación.

La situación a nivel mundial no se ha modificado en forma importante: China sigue presentando nuevos brotes de contagio del COVID-19, a pesar que la propagación del virus ha logrado disminuirse a nivel mundial; por otra parte, la guerra en Ucrania continúa y los devastadores efectos siguen vigentes, sobre todo en la región europea, donde la escasez de granos y energía aún siguen presionando los precios de los commodities al alza, manteniendo altos riesgos de una espiral inflacionaria con una tendencia alcista.

El mes pasado el fondo monetario internacional, dio a conocer los datos de cierre del 2022 y su pronóstico para 2023, sorprendiendo a más de un analista. 

Por una parte, pronostica un descenso en la actividad económica mundial, pasando de 3.4% en 2022, a 2.9% en 2023, dándose una ligera recuperación en 2024 al alcanzar 3.1%, inferior a la media histórica desde la creación del organismo: 3.8%. Al parecer, se muestra optimista sobre el nuevo programa sanitario chino para disminuir los efectos de un nuevo rebrote.

Asimismo, pese a que los datos preliminares de diciembre de 2022 proyectaron  un notable incremento, al pasar de 4.7% en 2021 a 8.8% en 2022, estima un descenso a 6.5% en 2023 y un descenso más acelerado a 4.1% en 2024. Da por hecho que los Bancos Centrales continuarán endureciendo sus políticas monetarias restringiendo la liquidez de los mercados. Luego de conocer los comentarios del líder de la Fed, Powell auguró que la tendencia alcista en las tasas de interés podría acentuarse, a pesar de que los datos de empleo, manufactura y confianza del consumidor se tornan positivos, la alta inflación se sigue manteniendo como el factor principal de análisis.

No obstante, ¿realmente ayuda a los mercados aplicar esa política a rajatabla que tal vez se haya desgastado con el manoseo de los tiempos y ya no sea tan efectiva como afirman los libros de texto? Analicemos un poco: ¿la dosis del medicamento llega a todos los enfermos? ¿o se queda solo en la superficie?

Los más beneficiados con este tipo de medidas son los especuladores. Como dice el dicho: “A río revuelto, ganancia de pescadores”. En este caso, los pescadores son los dueños del dinero y los trabajadores asalariados solo ven como las tasas de interés de sus créditos se incrementan rápidamente y llega el momento en que ya no las pueden cubrir y vienen las consecuencias de la insolvencia: pérdida de bienes muebles e inmuebles y pérdida de imagen crediticia, tan importante en estos tiempos.

Tal vez los banqueros centrales en unión con los banqueros comerciales tendrán que diseñar mecanismos financieros que diferencien la aplicación de políticas monetarias que tengan diferentes grados de aplicación a fin de que los efectos de su aplicación no deterioren tan drásticamente la economía de las familias. Si no se aplican en ello, tendremos una desbandada de afectados buscando protegerse en los gobiernos populistas, como ya está ocurriendo.

*Especialista en finanzas

@RoPatinoP

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