La predicación de Jesús

La predicación de Jesús
 

El orden a seguir la predicación de Jesús debe ser como él mismo lo expresa, pues de no haberse cumplido el tiempo, el Reino de los cielos no se habría hecho cercano, no habría oportunidad de conversión y no se necesitaría de fe para creer en lo cierto de la predicación, en la verdad que es Jesús.


Por: Roberto O’Farrill Corona

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La aprehensión de Juan el Bautista fue un suceso que al parecer provocó que Jesús iniciara su predicación mesiánica, tal como refiere el evangelista san Marcos: “Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva” (1,14-15).

Esta predicación del Señor puede puntualizarse en dos avisos: Tiempo cumplido y Reino cercano; y en dos exhortaciones: Conversión y Creer.

1) El tiempo se ha cumplido: La plenitud de los tiempos vio sus inicios en Navidad, cuando Dios nació hombre. Transcurrieron los años, más de treinta, y Dios-niño creció hasta que tras su experiencia en el bautismo y en el desierto vio propicia la ocasión para proclamar que el tiempo establecido por Dios en el Plan de Salvación ya había comenzado para la humanidad. El reloj de Dios marcó la hora del tiempo fijado para Israel, que por siglos esperó la venida de su Mesías; un tiempo para la humanidad toda, contemplada en la misericordia de Dios para rescatarla del pecado y de la muerte eterna; un tiempo individual, también, para cada persona.

Hoy, cada quien en su momento, puede personalizar este aviso de Jesús y hacerlo propio. El tiempo se me ha cumplido, el tiempo de saber que todos formamos parte del plan de Dios, el tiempo de conocer que antes del tiempo de morir hay un tiempo para vivir de una manera más plena en el tiempo de descubrir el obsequio de Dios para cada uno. Este es el tiempo del cumplimiento del plan salvífico de Dios

2) El reino de Dios está cerca: El Dios de la Antigua Alianza, ahora es cercano haciéndose uno de nosotros, y este es el centro fundante de la buena y gran noticia que Jesús anuncia al proclamar que el Reino de Dios, que era lejano, ahora está aquí.

San Jerónimo, quien tradujo la Biblia al latín a partir del año 382 a solicitud del papa Dámaso I, en una de sus homilías expresa que “en cuanto puedo recordar, del reino de los cielos no he oído hablar nunca, leyendo la ley, leyendo los profetas o leyendo el salterio, sino sólo en el Evangelio. El reino de Dios ha quedado abierto sólo después de que haya venido aquel que dijo: -El reino de Dios está dentro de ustedes”.

Este aviso de Jesús también habremos de hacerlo propio. El Reino de Dios está cerca de mí como parte esencial de la predicación de Jesús, pues es en él con quien el reinar de Dios ha venido a nuestras vidas.

3) Conviértanse: Del griego metanoia, conversión se traduce, de meta, como lo que está más allá, lo que ha de alcanzarse; y, de noia, como mente, mentalidad o actitud. La metanoia es la oportunidad de adquirir una mentalidad que permita llegar más allá de donde se está ahora.

La exhortación de Jesús a la conversión implica mirar hacia los horizontes de la existencia a fin de extender nuestras acciones en una invitación a participar del tiempo que se ha cumplido, del reino que se ha hecho cercano, de la esperanza en la plenitud. 

Requisito de la conversión es el deseo de cambio, de superar al hombre viejo que se ha sido para comenzar a ser un hombre renovado. Poner la atención en la necesidad de experimentar una metanoia se traducirá en convertirse en discípulo de Jesús, que es lo que él espera con esta exhortación.

4) Crean en la Buena Nueva: Creer es un acto que se deriva de la fe, no de la razón. La razón lleva a conocer, la fe lleva a creer, y así como algunas personas presentan discapacidades físicas, así también las hay que padecen de una discapacidad espiritual que les incapacita para creer.

Esta exhortación de Jesús evidencia el imperativo de creer, manifiesta la necesidad del deseo de superar la carencia de fe y el empeño en un esfuerzo personal. Creer en esta buena noticia se traducirá en un aumento de la fe, esto es lo que Jesús quiere suscitar en cada uno para llevar nuestra atención hacia lo que él ha de mostrarnos en esta noticia que requiere ser creída porque procede de la verdad.

El orden a seguir la predicación de Jesús debe ser como él mismo lo expresa, pues de no haberse cumplido el tiempo, el Reino de los cielos no se habría hecho cercano, no habría oportunidad de conversión y no se necesitaría de fe para creer en lo cierto de la predicación, en la verdad que es Jesús.