Los padrinos del SITUAM

FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COM 

El endurecimiento en la huelga en la UAM se debió al radicalismo de Jorge Dorantes, secretario general del SITUAM estimulado y financiado por el dirigente de electricistas Martín Esparza, Agustín Rodríguez del STUNAM y del impresentable dirigente sindical de bomberos, Ismael Figueroa. Estas manos obscuras estuvieron detrás del movimiento de huelga.   El financiamiento externo […]


El endurecimiento en la huelga en la UAM se debió al radicalismo de Jorge Dorantes, secretario general del SITUAM estimulado y financiado por el dirigente de electricistas Martín Esparza, Agustín Rodríguez del STUNAM y del impresentable dirigente sindical de bomberos, Ismael Figueroa. Estas manos obscuras estuvieron detrás del movimiento de huelga.

 

El financiamiento externo que recibió el SITUAM a su cuenta en Bancomer, de febrero a mayo, por parte de distintos sindicatos de trabajadores de la educación influyeron para que el movimiento tomara la vía de la cerrazón. Además recibieron un adiestramiento y asesoría para que la presión fuera su mejor arma. Aprovecharon la política de que no hay mano dura y la impunidad se normaliza.

 

No sólo fueron esos tres sindicatos lo que tuvieron metidas la manos en la huelga de la UAM que tuvo un costo de de afectación a la vida académica y escolar aproximadamente de 41 millones de pesos. Así como un trimestre perdido que tardará en recuperarse.

 

Lo que se sabe de esta intromisión a tras mano de un conflicto laboral es que existe una lista de varios sindicatos que se encargaron de subsidiar el movimiento encabezado por Jorge Dorantes para mostrar que en el sindicalismo no hay austeridad y son capaces de llevar a la parálisis a una institución por más de 90 días.

 

Sin una actividad de trabajo clara, el sindicato de Martín Esparza donó 20 mil 306 pesos. El STUNAM de Agustín Rodríguez aportó 40 mil pesos, el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos dirigido por Carlos Sotelo Cuevas les dio 73 mil pesos para que se continuara con el trabajo de resistencia.

 

Los Trabajadores democráticos de Occidente, Jesús Torres Nuño también aportaron 20 mil pesos. Alejandra Ramírez Archundia, dirigente del Sindicato único de Trabajadores de El Colegio de México, dio 12 mil 500. Incluso, organizaciones de corte radical trasnochadas como el Movimiento Proletario Independiente apoyó con 10 mil pesos. Los recursos económicos recibidos no sólo se trataron de una muestra de solidaridad gremial sino que es el comprometer espacios y futuras movilizaciones que, como la ocurrida, son una muestra de lo que son capaces los dirigentes sindicalistas.

 

En segundo plano formaron parte otro bloque de organizaciones gremiales que aportaron cantidades más mesuradas, a final de cuentas, el factor económico en el movimiento era determinante para que la resistencia tuviera razón de ser. El Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS) dirigido por Shirley Florencia de la Campa aportó 6 mil 300 pesos.

 

En tanto, Cuauhtémoc González Valdez del sindicato de trabajadores de la universidad de Sonora dio 2 mil pesos, el sindicato de Bomberos dio 500 pesos y productos para una despensa.

 

El SITUAM también recibió 150 kg de arroz 50 kg de frijol 50 l. de aceite 6 kg de rajas 2 Costales de azúcar 24 Cafés de 1 kg. Y la pregunta es obligada. ¿El dinero recaudado y los abarrotes conseguidos llegaron a manos de los trabajadores?

 

 

 

Israel Mendoza P.

@imendozape