Ni tanto que queme al santo…

Ni tanto que queme al santo…
 

Reflexionemos un poco sobre la brecha social y moderemos un poco la exhibición de recursos que algunos llevamos a cabo y recordemos el dicho popular tan conocido Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre


En los últimos años, hemos sido testigos de la rápida escalada del populismo en América Latina. Para muchos ha sido sorpresiva, y el único argumento que encuentran es la infiltración del comunismo en la región. Fidel Castro y Hugo Chávez son los responsables de la debacle de la economía de mercado de la región, porque sembraron la semilla de la discordia entre ricos y pobres. Tal vez tengan la razón, los que piensan que es una consecuencia lógica del abuso llevado a cabo por unos cuantos que obtuvieron privilegios y pingues utilidades haciendo uso de conocimientos y herramientas que no son de uso común y no están al alcance de las clases sociales menos favorecidas.

La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado en forma alarmante. Apenas un cuarto de siglo atrás, el ingreso promedio del 10% de la población con mayores recursos ganaba 7 veces más que el 10% más pobre; hoy esa comparación representa 9.5 veces. México y otros 9 países concentran más del 60% de la riqueza mundial.

La población privilegiada argumentará, y con cierta razón, que su fortuna ha sido producto de aprovechar las oportunidades de los mercados (financiero, inmobiliario, de commodities, tecnológico, de servicios, etc.); también es cierto que la educación y la inteligencia son básicos para poder aprovechar las coyunturas existentes en el andamiaje financiero. Aunque también es verdad, que muchas de esas coyunturas son producto del tráfico de influencias y de un manejo de recursos poco aseado.

El hecho es que al momento existen en América Latina 13 países donde la economía de mercado ha perdido presencia políticamente, y la población con menores recursos ha visto con buenos ojos un viraje hacia la izquierda: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina, México, Perú, El Salvador, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Paraguay. A nivel mundial, se habla de más de 30 países cuyo gobierno tiene las características que lo ubicarían dentro de esta clasificación.

El objetivo de este análisis no es establecer las bondades y conflictos de cada sistema. No voy a satanizar a ninguno de los participantes, ni criticaré los medios utilizados para hacer prevalecer sus ideologías.

Solamente quiero exponer mi punto de vista sobre el origen de este conflicto. A mi forma de ver, los gobernantes que lograron cambiar la perspectiva de la población supieron aprovechar el encono que las clases populares fueron acumulando contra las clases pudientes que no ocultaron su vida de privilegios y ahondaron la animadversión de los que menos tienen hacia los fifís y esa rivalidad les dio pingues ganancias políticas que les permitieron acceder al poder. Bueno, hasta el multimillonario Donald Trump se colgó del andamiaje populista para obtener una victoria, que ni él creía en la economía más poderosa del mercado.

Finalmente quiero que reflexionemos un poco sobre la brecha social y moderemos un poco la exhibición de recursos que algunos llevamos a cabo y recordemos el dicho popular tan conocido Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre