Periodismo a la carta

Periodismo a la carta
 

En el caso de los gobernadores,  la tarea de los directores de comunicación social, era atender a los reporteros, columnistas, editorialistas u opinadores, con información.


DE OFICIO REPORTERO |

POR RAUL SANCHEZ CARRILLO

A lo largo de mas de 50 años de ejercer el periodismo, estoy convencido de que hay a quienes la comunicación y quienes se encargan de hacerla, son generadores de rechazo o incluso odio.

He podido ver como desde el final del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, cuando me inicie en el mejor oficio del mundo para mi y que es ser reportero, había un enorme respeto a periodistas como Carlos de Negri, como Julio Scherer García, a Luis Bojórquez Serrano, Alberto Ramírez de Aguilar, Luis de Cervantes y Coronado, Manuel Buendía, Daniel Muñiz y muchos mas que, siendo de distintos periódicos, hacían de su labor una constante critica al gobierno y a quienes lo integraban empezando por el presidente mismo.

El respeto y lectores que se ganaba como hoy. Siendo crítico con bases. Investigador de asuntos de interés publico, de impacto social. Respetado y respetable que se enfrentaba a quienes en ocasiones desmentían las publicaciones que aparecían con señalamientos graves de distintas conductas de los hombres del poder.

Excélsior, el Periódico de la Vida Nacional, había tenido como director antes de que yo ingresara en 1967 a Rodrigo de Llano, Skiper, como le decían y a continuación a Manuel Becerra Acosta, que fue cuando yo ingrese al poderoso diario.

Había en el tercer piso de Reforma 18, una redacción a la que llegaban desde Adrian Vilalta, creador de las páginas financieras  las que desde entonces publican balances bancarios y la Bolsa Mexicana de Valores, pasando por Manuel Campos Díaz y Sánchez que cubra juzgados y cárceles. De Jaime Reyes Estrada, el Manotas, en la fuente agraria, de Alejandro Ortíz Reza en el Departamento del Distrito a Federal, a Angel Trinidad Ferreira , en Gobernación y la Cámara de Diputados y a una larga lista de nombres y prestigios.

Con ese inicio, aprendí que no se puede ejercer un periodismo a la Carta. Es decir que a los interesados les  hubiera gustado ver notas positivas, sin crítica, con alabanzas, o reconocimiento de los sectores a los que pertenecían.

En el caso de los gobernadores,  la tarea de los directores de comunicación social, era atender a los reporteros, columnistas, editorialistas u opinadores, con información. Estaban listos para aclarar notas que afectaran el prestigio de los referidos en los textos.

Como hoy, existía el Derecho de Replica, las inserciones pagadas que buscaban desmentir la publicación que había parecido en la Primera Plana del diario que fuera y que dañaba la imagen y prestigio del funcionario. A mi me tocó cubrir un contrabando de Café en Rama, es decir sin certificado sanitario que desde el Instituto Mexicano del Café en el sexenio de José López Portillo, hizo y terminó en la cárcel el director  Fausto Cantú Peña. Entonces yo reportero en Novedades, fui ´´desmentido´´con dos planas de texto por el entonces director de comunicación, Guillermo Mora Tavares. La comisión de las planas me las dio Don Rómulo O´Farril quién me pidió que siguiera la investigación desde Tijuana.

Pero al final, lo determinante del periodismo libre y critico es no permitir que se le dicte al reportero que se quiere y que no y que temas deban ser los publicados.

No al periodismo a la carta.

sanchezcarrillo.tv

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