¿Se gesta un narcoestado?

Las 90 ejecuciones de personas vinculadas con la política no han respetado partidos; no van direccionadas a colores ni siquiera a candidatos, sino al parecer a posiciones de control criminal, lo que hace al fenómeno aún más complejo. No es un partido o candidato corrupto, como se podría pensar, eso ha quedado rebasado, lo que significa que hemos escalado un nivel adicional de impunidad y de violencia.

Quien llegue será sometido al control criminal por lo que podríamos estar, de no revertirse esta tendencia, a un verdadero “narcoestado” donde sólo lleguen quienes dejen operar a la delincuencia. Urge entonces una reflexión nacional en torno a las políticas de seguridad que no necesariamente obedezcan a una propuesta de campaña, sino a la construcción de un estado de derecho que deba partir no de la desprestigiada clase política, sino de la sociedad en su conjunto. Pensemos, propongamos y exijamos un verdadero plan de seguridad integral. Privilegiemos la seguridad humana sobre la pública; pero sobre todo exijamos, pero aportemos a que esto sea realidad.