Sindicalismo rancio

sindicalismo Foto: Internet
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El trabajo de Díaz Mirón en esa época oscurantista del sindicalismo aliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) comienza a cobrarle la factura.


#Dobleces

Israel Mendoza Pérez

Integrante de la vieja guardia de abogados defensores de sindicatos con una proclividad al poder político en turno, Luis Manuel Díaz Mirón aún mantiene influencia en la CTM encabezada por Carlos Aceves del Olmo y en otros sindicatos pertenecientes a las añosas estructuras corporativas dedicadas a la simulación de la defensa de los derechos laborales, pero más preocupadas por el sonido de la caja registradora, las cuotas de poder y los cargos emanados del anquilosado movimiento obrero.

El trabajo de Díaz Mirón en esa época oscurantista del sindicalismo aliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) comienza a cobrarle la factura. Al menos hay una docena de sindicatos independientes con influencia en los estados de Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Sinaloa que comienzan a señalarlo como un abogado que lejos de representarlos, los deja a su suerte y juega las dos bandas a su favor. O están con él o simplemente su asesoría laboral se entrega a los grupos industriales con los que aún trabaja el modelo de outsourcing y va en contra de los sindicatos independientes. Esa es su estrategia.

Los títulos en derecho que ostenta son sólo parte de la parafernalia para llegar y sentar su poder sobre la clase trabajadora. Los sindicatos independientes son una piedra en el zapato para sus intereses mercantiles que traza al ver que si una empresa le funciona desecha a los sindicatos y comienza a meter una poderosa cuña de intereses para acomodar un sindicato “blanco” y con ello zafar de cualquier responsabilidad laboral a las empresas. Son años de una escuela que está a punto de derrumbarse gracia a las acusaciones que existen en su contra y lo exhiben de cuerpo entero como un abogado entregado a los intereses de los poderosos.

En el sexenio pasado encontró un nicho de oportunidades para revivir los viejos tiempos. La presencia de Aceves del Olmo, en la CTM, le dio una bocanada de aire para sus intereses políticos y con la reforma Laboral no tuvo empacho de llevarla a los foros más importantes y hablar de ella como la panacea esa misma que incluyó el outsourcing.

De acuerdo con un documento enviado a este espacio, la Confederación Central Nacional (Cocena) que agrupa a sindicatos de los estados mencionados, acusan a Díaz Mirón de traficar con influencias, a través de las relaciones que tiene ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y a trabajar con sindicatos sobre los que tiene influencia y capacidad de operación de gran tamaño al grado de convertirlos en grupos de choque si es necesario.

Los sindicatos en la actualidad no son útiles para la 4-T. El partido no tiene la fuerza de convocatoria para convertirlos en sus brazos de base social. Díaz Mirón tiene claro que no es el mejor momento de los sindicatos que “apadrina” pero ya trae pleito con uno independiente y le provoca golpes a su imagen de defensor de la clase trabajadora. Por desgracia está con los sindicatos que huelen a priismo rancio.