Tradición de septiembre

Tradición de septiembre
 

Demostraciones de tareas diarias que se desarrollaban, cómo se hacían ejercicios en la pista de obstáculos y cómo se preparaban -en todos los temas- a integrantes de la milicia. Lo prometo es algo que añoro. 


El Pico del Pollo |

Por: Alfredo Albíter Sánchez

Realmente no sé cuántos años duró la tradición, pero en lo que fuera la 22a. Zona Militar -Juárez y Tollocan- por lo menos a este alado le tocó asistir a celebraciones del 13 de septiembre en quizás seis ocasiones, no menos, como ocho.

Un desayuno abría el día, me refiero a las festividades, porque las y los integrantes del Ejército desde la madrugada andaban checando y rechecando que todo estuviese en su mero punto.

Fue todo un agasajo que reunía a los representantes de los tres poderes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, como anfitrión el comandante de la Zona, mandos y tropa (espero no haberla regado en eso de los grados) y en donde se mezclaban civiles con militares para disfrutar del pan y la sal y una tanda de música.

Después del desayuno, los discursos de cajón, que daban a conocer el motivo de la festividad, después un recorrido por instalaciones; neta parecía otra ciudad por lo limpio, el orden, lo bien cuidado, y porque todo mundo respetaba reglas.

Demostraciones de tareas diarias que se desarrollaban, cómo se hacían ejercicios en la pista de obstáculos y cómo se preparaban -en todos los temas- a integrantes de la milicia. Lo prometo es algo que añoro.

La rabadilla del Pollo

Pollos en el tejado me dicen que desean hacer un llamado a las autoridades municipales y estatales relacionado con el tema del medio ambiente para poner orden en algunos establecimientos que se dedican a la reparación y manufactura de lentes, pues avientan, sin la mínima consideración por sus vecinos y la propia ciudadanía, líquidos con material que ocupan para trabajar vidrio, micas y demás…Los osados trabajadores ya taparon, nos dicen, al menos dos alcantarillas y pese a reclamos de vecinos siguen haciéndolo, un día sí y el otro también. Llegó el momento, me cuentan, que por lo menos esperaban hasta el anochecer, pero ahora lo hacen a plena luz del día y claro, sin el menor respeto a vecinos, cuyo justo reclamo ha sido expresado…El problema mayor no es el agua, aunque sí lo es, sino una especie como de yeso que llevan en las cubetas -creen que es material para esmerilar micas y vidrio para lentes-. Este se vuelve prácticamente una piedra y termina, incluso por tapar el drenaje. Ya te imaginarás, me dicen esos alados, en época de lluvia el temor de que se inunde la calle y afecte a las viviendas. Bueno, pues ni eso les importa y al menor reclamo la respuesta es que la calle es de todos y por eso pagan sus impuestos…Pues valdría tomarles la palabra, verificar si pagan, que eso me confiesan es lo de menos, pero de verdad, como también dicen, ¿le entran con autoridades para que no sean molestados? Ya estaremos checando con las áreas correspondientes del municipio y del estado. Cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.mx