Turbulencias

Y falta la turbulencia previa, durante y después de las elecciones del 6 de junio.
Raúl Sánchez Carrillo Publicado el
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De Oficio Reportero | 

POR: RAUL SANCHEZ CARRILLO

Cuando se viaja en avión, no es difícil que se presenten fenómenos llamados turbulencias y que no son mas que el encuentro de zonas con mucho calor y otras que chocan con zonas muy frías.

Metafóricamente, las turbulencias políticas  se dan cuando hay asuntos muy calientes, es decir cuándo hay decisiones equivocadas o imprevistos que alteran la vida de la sociedad sean de origen natural o humano.

México, viene atravesando desde hace semanas, varias turbulencias que, como las que se llegan a vivir en en viaje en avión, van de leves a intensas que en el aire ocasionan que se de la orden de no levantarse del asiento y de permanecer con el cinturón de seguridad puesto.

Desde luego, llega a haber turbulencias que obligan a retirar el servicio de bebidas y bocadillos, si es que se dan, o incluso, hay turbulencias que han proyectado a las o los sobrecargos al  techo del avión, resultando con lesiones de gravedad.

Pero hablando de las turbulencias nacionales,  están las de la violencia que genera el crimen organizado que se enfrenta entre cárteles por la posesión de algún Estado de la República o por hacer sentir la supremacía de la fuerza letal. Bárbara, inmisericorde.

Hay ya identificadas zonas de turbulencia. Tamaulipas, San Luis Potosí,  Michoacán, Guerrero, Quintana Roo, Morelos, Puebla, y otros. Son permanentes las sacudidas de los hechos que se dan en ellos, homicidios sin importar la edad o sexo de las víctimas, cuerpos mutilados en bolsas de plástico de color negro regularmente. Fachadas perforadas con  proyectiles de grueso calibre.

Están las turbulencias de homicidios de aspirantes a puestos de elección popular sin importar el partido al que pertenecieron. Hay candidatos con protección de seguridad Federal. Hay candidatos que han abandonado participar en elecciones por temor a perder la vida.

Pero el abanico de turbulencias registra el del vencimiento de una trabe de la línea 12 del Metro en Tláhuac, con 26 víctimas mortales mas 35 de 88 que estaban heridas en hospitales y sin material quirúrgico para operarlas o atenderlas de la heridas recibidas al caer dos vagones haciendo una ´´V´´ y dejando desolación, impacto psicológico a familiares y habitantes de Tláhuac y de otras zonas e incluso miedo de viajar en el sistema de transporte convertido en la columna vertebral de la movilidad en la capital, con mas de cinco millones de usuarios al día. 

Este hecho, mal llamado incidente para suavizar lo imposible de cambiar en ACCIDENTE, mostró una administración capitalina deficiente, débil, que no satisface la justicia que demandan los afectados directa o indirectamente.

Por ello, las turbulencias se agravan en contradicciones de mandar al Carajo, acudir a la zona del desastre de la línea 12, para en contrasentido del ´´no es mi estilo ir a tomarme la foto –aunque ya lo hizo mucha veces antes—para seis días después, convertir la sede de las mañanera en un estudio de televisión  para que Eugenia León, cante para las madres en su día, mientras que afuera madres también exigían que se avanzara para localizar a hijos e hijas desaparecidas. Todo, al mismo tiempo.

Y falta la turbulencia previa, durante y después de las elecciones del 6 de junio.

Sánchezcarrillo.tv

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