Ulises y Coral, opositores en casa

coral valencia ulises ruiz
 

El proceso interno del PRI para el relevo en su dirigencia, prevista para agosto próximo, ya renguea. Van 3 impugnaciones y una insistencia, por parte de las corrientes minoritarias, en que en el revolucionario institucional se cancelan los espacios democráticos.   Sin embargo, el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz quien está convertido en opositor del […]


El proceso interno del PRI para el relevo en su dirigencia, prevista para agosto próximo, ya renguea. Van 3 impugnaciones y una insistencia, por parte de las corrientes minoritarias, en que en el revolucionario institucional se cancelan los espacios democráticos.

 

Sin embargo, el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz quien está convertido en opositor del propio del PRI al judicializar el proceso y su amenaza es enredar su candidatura con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y de esa manera buscar a través tribunales lo que no alcanzó a conseguir por su cuenta para ser un candidato sólido.

 

Lo que el priísta no se atreve a admitir es que al registrarse no presentó el apoyo de 6 presidentes del partido de comités directivos estatales, como lo marcaba la convocatoria, y sólo llevó 5 e hizo la petición, por escrito, que el apoyo que le brindó la organización Unidad Revolucionaria se tomara como apoyo de presidente. Desde el principio buscó que el PRI se moviera a su favor aunque violentara la convocatoria.

 

Después le dieron 48 horas para subsanar las fallas en su documentación y el priísta prefirió hacer una rabieta política y exacerbar la ruptura del priismo con ello judicializar el proceso. A final de cuentas es más fácil jugar el papel de opositor y rebelde que cumplir con los lineamientos y competir.

 

Sus ataques mediáticos y amenaza de llevar la el proceso al tribunal electoral se caerá en los próximos días ya que no cumplió con los requisitos establecidos en la convocatorias y no es un ataque interno como lo ha hecho ver ya que Ulises Ruiz apuesta a la polarización. A final de cuentas, a la instancia electoral que acuda le darán revés ya que no cumplió con los requisitos establecidos.

 

La estrategia que tiene trazada no es más que la prolongación de su descontento y juego de opositor interno. Según sus estrategas y su grupo compacto, Ulises Ruíz y Coral Valencia van por un ataque mediático y la búsqueda de desestabilización. Además de hacerse visibles para otros partidos que lo puedan adoptar por su beligerancia interna.

 

A pesar de la impugnación ante la Comisión de Justicia Partidaria. Una vez que resuelva, acudirán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación e insistirá en declararle la guerra a Alejandro Moreno. El caso es llegar a la elección del 11 de agosto con un partido atacado y desprestigiado desde su propio interior por parte de la mancuerna Ruíz-Valencia.

 

En este momento, el papel de la dirigente nacional priista Claudia Ruíz Massieu y de Rubén Escajeda Jiménez, presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos estará en la mira de 6.7 millones de militantes que serán los que acudan a votar.

 

La candidatura de Ulises Ruíz es una arma para el mejor postor. Lo mismo está dispuesto a negociar para atacar a la fórmulas opositoras o convertirse en la piedra en el zapato la cúpula priísta. A final de cuentas, el exgobernador de Oaxaca es un caballo de Troya obediente a cualquier postor.