Una provocación abierta contra la UNAM

 

Cada día se hace más persistente la violencia de género en nuestro país, por lo que diversos grupos de feministas han tomado las calles para exigir a las autoridades, brinden atención a temas tan sensibles como los homicidios, feminicidios o el acoso, visibilizando que falta mucho para garantizar espacios libres de violencia. En los últimos […]


Cada día se hace más persistente la violencia de género en nuestro país, por lo que diversos grupos de feministas han tomado las calles para exigir a las autoridades, brinden atención a temas tan sensibles como los homicidios, feminicidios o el acoso, visibilizando que falta mucho para garantizar espacios libres de violencia.

En los últimos meses, ha resonado en la Máxima Casa de Estudios, una demanda del estudiantado: que cesen los abusos cometidos contra las alumnas y se erradique la violencia de género de las aulas. Algunas de las manifestaciones han culminado con el paro de labores de diversos planteles, entre ellos, preparatorias, y facultades, dejando a más de 60 mil personas sin clases.

Es de destacar, que en la UNAM existe un Protocolo de Atención de Casos de Violencia de Género, con el objetivo de brindar acompañamiento a las víctimas de violencia que presenten sus quejas, se establecen medidas urgentes de protección y se sanciona a quien resulte responsable. La UNAM debe investigar las demandas en contra de profesores y alumnos se hanhecho de manera anónima, en redes sociales o con la pinta de muros, al igual que los casos que se han presentado de manera oficial para dar certeza a su alumnado.

A pesar de que en cada plantel existe un Protocolo de Atención, grupos de personas encapuchadas han tomado las instalaciones y han llamado a un paro de labores. Ejemplo de ello, fue lo sucedido el pasado martes en la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria, donde un grupo de personas arribaron con el argumento de que la violencia de género no ha cesado en dicha institución, intentando cerrar las instalaciones de manera agresiva, insultando y agrediendo al alumnado y profesorado, quienes impidieron que aquella intentona lograra su cometido.

Horas más tarde, otro grupo de alrededor de doscientas personas encapuchadas, pintaron, quemaron y rompieron los vidrios del edificio de Rectoría, llamando nuevamente a un paro de labores, como si ello, fuera a brindar la seguridad que tanto buscan las alumnas de esa institución académica.

Las imágenes que se han publicado en diversos medios de comunicación y en redes sociales, no son representativas de una lucha por los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia. Por supuesto, habrá mucho que avanzar para que los derechos de las mujeres en ésta y en todas las instituciones académicas sean respetados, pero eso se logra con inteligencia, capacitación, sensibilización, protocolos, cursos, sanciones y siempre con apego a la ley.

Como egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM, reconozco la importancia de esta institución y estoy orgullosa de que de sus aulas han egresado personas que están construyendo un México mejor.Estoy completamente segura de que ninguna de estas personas se cubriría el rostro, entraría a su Alma Mater con palabras ofensivas y destruiría las instalaciones con un pseudo argumento feminista.Quienes queremos a México, sabemos que la mejor forma de ayudarlo es cuidando nuestras instituciones, “por mi raza hablará el espíritu”.

 

 

Por:  Kenia López Rabadán

Senadora. Presidenta de la comisión de Derechos Humanos