Amagan con parar Metrobús por deuda

 

La empresa COPSA exige el pago de 54 mdp


Socios de la empresa Corredor  Oriente Poniente (COPSA), una de las cinco empresas que dan servicio en la Línea 2 del Metrobús —que va de Tacubaya a Tepalcates—, amenazaron con paralizar el servicio en las próximas semanas si las autoridades no intervienen para establecer una asamblea general entre el consejo de administración y los accionistas afectados, para esclarecer el estado real de las finanzas.

A consideración de los socios demandantes, la empresa no cuenta con las condiciones financieras para seguir operando debido a que, según reportes del mismo consejo de administración, desde 2015 se mantiene un adeudo de 54 millones de pesos por la falta de pago de las unidades adquiridas.

“Pedimos al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y al secretario de Movilidad, Héctor Serrano, que intervengan en la problemática  que nos afecta a quienes creímos en este proyecto de transporte puesno encontramos eco en las autoridades del Metrobús, en especial el ingeniero Guillermo Calderón”, reprochó Pablo Espinosa, uno de los socios afectados.

Pese a que hace unos días la Secretaría de Movilidad (Semovi) y las autoridades del Metrobús descartaron que la operadora de este sistema de transporte público se encuentre en quiebra y que el servicio a los usuarios esté en riesgo, los inconformes exigieron que sea el mismo presidente de la empresa, Gustavo Pérez Villegas; el secretario general, Antonio Avilés, y el tesorero, Martín Hernández, quienes brinden certidumbre de que las finanzas son sanas.

Otra demanda es el pago de 14 meses de salarios que supuetamente no han sido sufragados por prestar el servicio, así como el esclarecimiento del número de unidades de Metrobús con las que cuenta para brindar el servicio, toda vez que los socios contabilizan 24, el consejo de administración señala que son 27 y las autoridades del Metrobús reportan tan sólo 18 unidades.

“Lo único que hemos llevado en cinco años son problemas, en 14 meses lo único que aumenta en nuestras familias no es el dinero, sino el hambre. Tenemos siete unidades chatarrizadas, es un cementerio”, argumentó.