Choca de nuevo Iglesia con comunidad gay

La Arquidiócesis Primada de México respondió a los señalamientos de la comunidad lésbico-gay, que asegura que desde 1974 la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.

A través de su página Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), cuestiona que se haya desechado del listado mediante un estudio de tres décadas “¿Dónde está ese estudio, supuestamente iniciado en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial?”, cuestiona la Iglesia Católica.

Agrega que si esto fuera real, sería un estudio famoso e importante y se tendría que haber dado a conocer, pero esto no ha ocurrido porque no existe.

La jerarquía católica también cuestiona la aseveración de la comunidad gay, en el sentido de que el llamado “matrimonio igualitario” y la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo no afecta los derechos de las personas.

De acuerdo con la arquidiócesis, es un hecho que en los países donde se ha impuesto esa ley, quienes se manifiestan en contra son acreedores a multas y cárceles.

“Han sido ya encarcelados dueños de hoteles que no admiten homosexuales en sus habitaciones; pasteleros que rehúsan decorar un pastel de boda con motivos gay; padres de familia que se oponen a que a sus niños les enseñen en la escuela que la homosexualidad es natural”, sostiene.

La página oficial de la vocería católica en la Ciudad de México responde a la afirmación de que no hay un solo estudio científico que demuestre el daño sicológico que han sufrido niños o niñas adoptados por padres homosexuales. “Tal vez en México no lo haya todavía, porque los niños adoptados están demasiado pequeños para expresarse, pero sí hay estudios de otros y numerosos testimonios de jóvenes que explican cómo los afectó negativamente haber sido criados por padres homosexuales”.

La Iglesia Católica también criticó la queja en el sentido de que es “ilógico e irracional” que los niños puedan cambiar de género con sólo pedirlo, porque asegura que esto ya está ocurriendo en países donde los niños declaran que son niñas y por ese simple hecho, sin consentimiento de sus padres, obligan a las escuelas a llamarlos por su nombre femenino.

Por ello, dice, celebra que la comunidad gay reconozca que la Biblia es Sagrada Escritura, porque eso representa que entienden que la iglesia se rige por ella y no, por nuestros propios criterios”.