En Tamaulipas, lugares de detención, infames: CNDH

 

Registró diversas irregularidades en los lugares de detención e internamiento en Tamaulipas


La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) registró diversas irregularidades en los lugares de detención e internamiento en Tamaulipas.

El organismo nacional indicó que el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura presentó dos informes de seguimiento, como resultado de las visitas efectuadas durante octubre en la entidad.

De acuerdo con la CNDH, se recorrieron 30 lugares de detención bajo la competencia de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de Salud y el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, así como los ocho puntos de detención ubicados en los municipios de Altamira, Matamoros, Reynosa, Tampico y Ciudad Victoria, siendo estos cinco separos de Seguridad Pública destinados a la aplicación de sanciones administrativas de arresto; un albergue temporal y dos casas hogares, una para menores de edad y otra para adultos mayores.

Entre las deficiencias observadas que aún persisten en los lugares de detención que dependen de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tamaulipas se encuentran –entre otras– que no se ha asignado una partida presupuestal para alimentación de las personas detenidas; las de asegura – miento carecen de reglamento interno y manual de procedimientos y en algunas agencias se carece de personal médico para cubrir el turno nocturno y fines de semana.

A ello se suma que el personal médico no ha recibido capacitación sobre la elaboración de los certificados de integridad física, de acuerdo con el Protocolo de Estambul; así como que el representante social no acude al área de aseguramiento para verificar el trato que se brinda a los detenidos.

En tanto que en los lugares de detención que dependen de la Secretaría de Seguridad Pública no existe, entre otras situaciones, separación entre procesados y sentenciados; carecen de los servicios de psiquiatría, ginecología y pediatría para los hijos de las internas que viven en el centro; no hay programas contra las adicciones ni para el tratamiento de desintoxicación y los alimentos suministrados resultan insuficientes.

Además, el personal no ha recibido capacitación en materia de derechos humanos y prevención de la tortura ni sobre la elaboración de los certificados de integridad física, de acuerdo con el Protocolo de Estambul, entre otros.