La escalada

 

El calendario escolar está al borde del colapso


Si siquiera el narcotráfico ha significado tanto problema para el actual Gobierno Federal como lo ha sido la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. El primero es predecible, el segundo no y, por lo tanto, más difícil de combatir y de controlar. El primero cuenta con una presencia territorial identificada mientras que el segundo surge por donde menos lo piensan los estrategas de la información confidencial.

Pareciera el juego del gato y el ratón, con la diferencia de que en este caso el ratón ha salido más astuto que el gato. El problema es que la consecuencia de este juego perverso ha comenzado a agotar a las instancias gubernamentales y a provocar alarma en quienes manejan y operan las instituciones. La sola mención de posibles cambios en el gabinete es el principal indicativo que el presidente Enrique Peña Nieto ha comenzado a preocuparse ante la ineficiencia e ineficacia para contener los embates del gremio magisterial antagónico.

El desgaste del titular de Gobernación ha sido brutal por la cadena de errores que se han cometido en el tratamiento al gremio magisterial y la permisibilidad para que siga cometido delitos sin obtener castigos a cambio. La afectación a los pobladores de los estados donde mantiene presencia y la propia capital de la República parecen inclinar la balanza en su favor.

Ceder y conceder ha sido la tónica del titular de Gobernación, lo que habla de una crisis institucional en el manejo del problema. Aceptar a ciegas un planteamiento de diálogo sin condiciones es producto de la necesidad de mantener canales de comunicación en los momentos en que más daño se está provocando a los mexicanos de todas las latitudes. Aunque no lo quieran aceptar el calendario escolar está al borde del colapso.

Mientras el Gobierno Federal muestra extravío, la CNTE levanta sus exigencias y ahora pide la suspensión definitiva de la Reforma Educativa y todas sus implicaciones. La verdadera razón de la ineficiencia en el tratamiento del problema radica en el alejamiento que se ha mantenido en la forma de gobernar. No es lo mismo aparecer y decirle a la gente cosas que les llene el oído, que resolver problemas y entregar buenas cuentas en torno a una de las partes más importantes del desarrollo futuro del país. Luchar por el futuro de los niños del país vale la pena, aunque se tenga que emplear la fuerza institucional del Estado Mexicano. Para eso es.

Al tiempo.

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