Guillermo Padrés e hijo, en la cárcel

 

Exgobernador de Sonora, acusado de lavado de dinero, se dice inocente


Guillermo Padrés tenía dos opciones: entregarse a la autoridad y enfrentar a la justicia o continuar prófugo por los delitos de lavado de dinero y defraudación fiscal equiparable, decidió entregarse.

De estos delitos, sólo el primero podría llevarlo a prisión por ser considerado grave, por ello, cuando su defensa conoció que sólo esos cargos se habían acumulado en contra del exgobernador de Sonora, la noche del miércoles tramitó un amparo ante el juzgado decimocuarto de distrito con sede en la Ciudad de México.

La suspensión provisional impediría que el exmandatario pudiera ser trasladado a un penal distinto del Reclusorio Oriente, donde se puso a disposición del juez decimosegundo de Distrito en Materia Penal Federal, Francisco Urbina.

Con este amparo en mano, decidió acudir a los medios de comunicación para “dar a conocer su verdad sobre los hechos que se le imputan”, eligió el programa del periodista Ciro Gómez Leyva, para hacer el anuncio, unos minutos después se entregaría a la justicia.

Cuando se disponía a abandonar las instalaciones de la radiodifusora, un grupo de marinos y un buen número de reporteros esperaban en la entrada principal, unos para hablar con él, otros para aprehenderlo. Ambos fallaron.

El exmandatario buscó entonces la puerta trasera; sin embargo, la patrulla de marinos se había desplegado para cortarle la salida. Por unos segundos dos integrantes de la marina y Padrés, acompañado de sus abogados, quedaron frente a frente mirándose con asombro; en medio de forcejeos, los soldados navales querían arrestarlo y su defensa exigía la presentación de la orden de aprehensión, la cual no llevaban.

Los marinos aceptaron que Padrés viajara en su propia camioneta, una Cayenne color blanca de la marca Porsche, placas 999XFX, a condición de que una persona, que se dijo agente federal, subiera en el vehículo y fuera escoltado hasta el Reclusorio Oriente.

A su llegada al penal, un caos, elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Procuraduría General de la República (PGR), iniciaron la disputa por quién presentaría o se quedaría con la custodia del inculpado, quien lucía más delgado, desde su última aparición.

El trayecto del estacionamiento de funcionarios del juzgado, aproximadamente unos 150 metros, fue Dos por uno: Padrés e hijo son encarcelados Exgobernador de Sonora, acusado de lavado de dinero, se dice inocente de constantes jaloneos, entre los elementos judiciales federales, los marinos, los custodios de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal  y los propios reporteros que buscaban ingresar a los juzgados.

Empujones, manotazos, jaloneos, gritos de “soy judicial y me lo voy a llevar”, “¡orden! ¡somos la autoridad, cálmense todos!”. Nadie hacía caso, los gritos llegaron hasta la oficina misma del juez, quien decidió que sólo Padrés y su equipo de abogados pudiera permanecer dentro, a los demás les ordenó salir.

Pasado el mediodía, Guillermo Padrés volvió a aparecer en la puerta de los juzgados para recibir la notificación de su orden de aprehensión, que nunca pudieron cumplir los agentes federales, impedidos por los marinos y la propia PGR.

Luego, el abogado, Antonio Lozano Gracia, conversó con la prensa, explicó que a dos años de la investigación, las autoridades sólo pudieron fincar dos cargos: uso de recursos de procedencia ilícita, conocido comúnmente como lavado de dinero y defraudación fiscal equiparable, “que por cierto, son excluyentes, o se comete el lavado o se comete defraudación fiscal, imagínense que le cobraran impuestos a los narcotraficantes por el dinero que obtuvieron por la venta de drogas, de ese tamaño es el absurdo de la acusación”.

El delito de defraudación fiscal es por 7 millones 700 mil dólares, confirmó el abogado.

El exmandatario deberá permanecer en el Reclusorio Oriente al menos seis días, mientras el juez valora las pruebas aportadas por la fiscalía y la defensa para decidir si lo vincula a proceso, además la audiencia para determinar si se le concede el amparo contra la movilidad se fijó para el 27 de noviembre.

Al penal llegó su esposa Iveth Dagnino, acompañada por dos de sus tres hijos, aseguró que se enteró que su marido se entregaría a la justicia por la entrevista en radio, porque no había mantenido contacto con él mientras estuvo prófugo. Dijo confiar en la justicia y sólo pidió un juicio justo y apegado a derecho.

Se llevan a su hijo

Guillermo Padrés Dagnino estaba por retirarse del área del juzgado en el Reclusorio Oriente, cuando fue abordado por elementos judiciales, quienes le notificaron que en su contra también había una orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada y por operaciones con recursos de procedencia ilícita.

De acuerdo con la PGR, Padrés Dagnino utilizó recursos desviados por su padre para invertirlos en empresas de su propiedad, a pesar de saber que esos capitales tenían una procedencia ilícita.

El joven de 26 años fue subido a una camioneta Suburban y trasladado al juzgado cuarto de Distrito en materia Penal Federal, ubicado en Toluca, Estado de México.

A pesar de los gritos y tristeza en el rostro de su madre, los agentes cumplieron con la orden, mientras una hora después otra camioneta Suburban negra, trasladaba a su esposo al interior del Reclusorio Oriente.

Iveth Dagnino vio encarcelado a su esposo e hijo el mismo día y de acuerdo con sus abogados, los procesos que enfrentan los mantendrán en prisión al menos entre seis y ocho meses.