Iglesia católica no odia ni condena a nadie: cardenal

El cardenal Norberto Rivera Carrera condenó los ataques en Orlando, Florida, contra la comunidad gay y los calificó como una “demencial violencia” donde perdieron la vida 50 personas inocentes, “seguimos orando y lo seguiremos haciendo por el eterno descanso de las víctimas, por la recuperación de los heridos y por el consuelo de sus familiares”.

Durante su homilía en la Catedral Metropolitana, indicó que se debe exigir el respeto y la tolerancia para todos.

Rivera Carrera puntualizó que la iglesia no odia a nadie, “tiene innumerables enemigos pero no se puede permitir odiar a nadie y la voluntad de la iglesia no es la de condenar a nadie, sino que es la misma de Jesús: que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.

“Incluso el señor nos dice que si queremos ser perfectos debemos amar a los que nos odian, a no devolver mal por mal, a amar a nuestros enemigos y a rezar por ellos defender nuestra fe y nuestros principios como el matrimonio natural entre un hombre y una mujer, o el derecho de los niños, no es odiar a nadie, no es discriminar, no es perseguir a nadie”, argumentó.

Por otra parte, en un comunicado el cardenal indicó que la fe cristiana tiene total claridad sobre la dignidad que cada persona posee, independientemente de su credo, origen étnico o preferencia sexual por lo que pide que todo ser humano sea respetado, amado e integrado al ámbito social.

En este contexto, apuntó que la violencia, el odio o la discriminación no tiene cabida en la Iglesia, “y quien lo ejerce está en contradicción con el evangelio de Jesús, quien nos pide amar a todos, incluso a nuestros enemigos”.

Finalmente, Rivera Carrera argumentó que una sociedad moderna y democrática es la que está abierta a debatir ideas, a que se expongan los diversos puntos de vista, pero siempre en un marco de respeto y tolerancia.

“Exhortamos a que se respete a quienes piensan diferente, pero pedimos que también se nos respete, y caminemos juntos en la construcción de una sociedad fraterna y tolerante”, concluyó.