Lanzan petardos, destrozan cajeros y queman camión en el Congreso local

Congreso Foto: Internet
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“Nos engañaron”, reprochan normalistas de Ayotzinapa al Congreso local. 


Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa lanzaron petardos en las instalaciones del Congreso local, incendiaron un camión repartidor de leche, irrumpieron en la biblioteca Siervo de la Nación y destrozaron tres cajeros automáticos de diferentes empresas bancarias.

La mañana del martes, integrantes del colectivo “Nos Faltan 43”, estudiantes de Ayotzinapa y miembros de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) llegaron al punto conocido como El Trébol, donde se ubican las instalaciones del Congreso local.

Ingresaron a la capital del estado a bordo de 19 autobuses de diferentes empresas, en el mitin reprocharon el hecho de que la comisión especial para dar seguimiento al caso Iguala, presidida por el diputado del Movimiento Ciudadano (MC), Arturo López Sugía, no haya realizado la única misión que se le encomendó.

La tarea requerida por los papás de los jóvenes desaparecidos desde hace ya casi seis años, era requerir al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) lo videos que se captaron la noche del 26 de septiembre de 2014, en el Palacio de Justicia de Iguala.

“Nos engañaron”, dijo Felipe de la Cruz, vocero del colectivo a los integrantes de la Comisión Especial, a los que responsabilizó de lo que más adelante sucedería.

Todavía no terminada el mitin, cuando un grupo de normalistas rurales, a mayoría cubiertos completamente del rostro maniobraron de reversa un camión distribuidor de leche y lo proyectaron sobre el portón de metal que resguarda al Congreso.

Enseguida se acuerparon en una columna que impidió el paso de los trabajadores de los medios de comunicación al interior del inmueble, mientras casi en fila india los normalistas se metieron para lanzar petardos, destruir a pedradas los ventanales, ingresar colchones bañados de gasolina y prenderles fuego.

Con los comunicadores afuera de las instalaciones, los normalistas destruyeron parte de la biblioteca Siervo de la Nación, luego se abalanzaron sobre los cajeros que tres empresas bancarias tienen en el inmueble y los abrieron por la fuerza.

Hasta entrada la tarde no se confirmaba si se habían logrado llevar el efectivo que había dentro de los cajeros.

Aunque se lanzaron artefactos explosivos en la zona de oficinas de los diputados locales, estos solo alcanzaron la plata baja, del lado que colinda con el estacionamiento.

El camión repartidor fue colocado en el acceso principal, al costado del busto de Armando Chavarría Barrera y ahí le prendieron fuego.

Durante parte importante de la actividad, los estudiantes impidieron el paso a los reporteros que cubrían el mitin, algunos acusaron a los medios de manejar la información de manera amarillista.
Aunque hubo algunos momentos de tensión, la situación no pasó a mayores.

Hubo infiltración

Fue evidente que durante las actividades de este martes en el Congreso local, hubo personas cuya edad no correspondía a los estudiantes de una Normal y tampoco eran originarios del estado de Guerrero.

Ese grupo fue el que arengó a los normalistas contra los trabajadores de los medios de comunicación, algunos incluso llegaron a cometer agresiones de manera directa.

Aunque son varias las ocasiones en que los normalistas rurales ingresan al Congreso para realizar destrozos, nunca se había registrado el robo de los cajeros automáticos que ahí se encuentran.

En esta ocasión los daños fueron evidentes, aunque todavía no se confirma si lograron sustraer el recurso que ahí se encontraba.

Lo que si se pudo observar, fue la sustracción de pantallas y monitores de computadora.

La actividad movilizó a personal de Protección Civil y Bomberos del estado, también a personal de la Policía del Estado y peritos de la Fiscalía General del Estado.

Incluso, al lugar llegó el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quien la semana pasada manifestó que todas las actividades del movimiento normalista serían monitoreadas.

Por: Rogelio Agustín