PRD plantea que madres reclusas puedan tener a sus menores hijos hasta que cumplan 6 años de edad

 

Para ello, los legisladores perredistas plantean reformar los artículos 10 y 36 de la Ley Nacional de Ejecución Penal a fin de que los menores puedan permanecer tres años más con sus madres que se encuentran en reclusión.


El grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados propone aumentar la edad de las niñas y niños, de tres a seis años, que están con sus madres que se encuentran privadas de su libertad en algún centro penitenciario.

Para ello, los legisladores perredistas plantean reformar los artículos 10 y 36 de la Ley Nacional de Ejecución Penal a fin de que los menores puedan permanecer tres años más con sus madres que se encuentran en reclusión.

De esta forma, buscan que los menores estén con sus progenitoras desde que hacen hasta los seis años de edad.

Señalaron, en su iniciativa, que existe una ausencia de políticas sociales y de una normatividad que proteja dentro del sistema penitenciario mexicano a esos infantes, por lo cual resulta un imperativo ético y jurídico atender esta problemática y crear los instrumentos jurídicos que garanticen la protección de los derechos humanos, tanto de las mujeres como de la niñez.

Precisaron que el artículo 36, fracción I de la Ley Nacional de Ejecución Penal establece que la edad permitida para que las niñas y niños vivan con sus madres internas dentro de los centros de reclusión sea hasta los tres años de edad, para el caso de que hayan nacido durante el internamiento de sus madres, y podrá solicitarse su ampliación al Juez de Ejecución en el caso de que la hija o el hijo tuviera una discapacidad que requiriera los cuidados de la madre, si esta sigue siendo la única persona que pueda hacerse cargo.

Sin embargo, los legisladores argumentaron que lo establecido es una disposición contraria al interés superior de la niñez, ya que se refiere exclusivamente a los nacidos durante el internamiento de la madre y excluyen a los que no hayan nacido durante este, lo que vulnera los derechos de las reclusas y genera un trato discriminatorio que priva a niñas y niños del derecho de estar con su progenitora.

Agregaron que la problemática de las hijas e hijos de las mujeres reclusas incluye tanto su vida cotidiana, cuando la madre ingresa a prisión y se quedan con ella, como la que se presenta cuando las familias sustitutas o las instituciones de asistencia social se hacen cargo de las niñas o niños.

Plantean en su iniciativa que “en el momento en que las hijas e hijos que vivan con sus madres alcancen la edad máxima de estancia dentro del centro penitenciario, la autoridad penitenciaria está obligada a implementar una separación sensible y gradual, así como a garantizar un contacto cercano y frecuente entre madre e hijo, garantizando en cada caso el interés superior de la niñez”.

“Cuando se permita que las y los niños permanezcan en la cárcel con sus madres, se sensibilizará al personal penitenciario sobre las necesidades de desarrollo de la niña o niño y se le impartirán nociones básicas sobre la atención que deben dar al momento de que éste vaya a ser separado de su madre”, se destaca en la propuesta del PRD.