¿Qué fue lo qué pasó en Nochixtlán según los policías agredidos?

 

Dieron su testimonio ante diputados y senadores


Senadores y diputados de la Comisión Especial que investiga el caso Nochixtlán escucharon los testimonios de nueve elementos de la Policía Federal y de la Gendarmería, ocho hombres y una mujer, sobre lo que ocurrió el 19 de junio pasado en el enfrentamiento que se registró en ese municipio de Oaxaca.

Usando seudónimos, José, Juan y Luisa, narraron la experiencia que vivieron ese domingo en Nochixtlán y contaron los días que pasaron en cautiverio, retenidos por los profesores de la Coordinadora y los pobladores.

Esto fue lo que dijeron los policías:

Luisa, madre de dos hijos, narró que las fuerzas federales llegaron en apoyo de los policías estatales, que no pudieron contener a los profesores disidentes y pobladores de Nochixtlán, pues fueron superados en número.

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-Detalló que el replicar ininterrumpido de las campanas de la iglesia atrajo a más lugareños que llegaron armados con cohetes, palos, machetes y bombas molotov, que usaron contra los policías federales que sorteaban los tráileres que fueron colocados como barricadas.

Luisa reseñó que se escucharon detonaciones de arma de fuego, que después se intensificaron.

-“Ya serían como las ocho, ocho y media, balas al aire. Empezaron ellos a lanzar balas, se escuchaban lejos. Nos quedamos sorprendidos, porque no esperábamos que nos recibieran así.

-“Después se empezaron a escuchar más cerca las detonaciones, cuando empezaron a caer los heridos de bala y las compañeras o compañeros los empezamos a sacar, ellos empezaron a gritar: ¡Me dieron! ¡Ayúdenme! Eramos como cincuenta, sesenta cubriéndonos o tirándonos al suelo, para que nos tocara un balazo”.

-La mujer contó que sus compañeros y ella comenzaron a correr, para salvaguardar su integridad física, pues se vieron superados en número por los maestros de la Coordinadora y los pobladores.

Algunos policías cayeron al piso, entre ellos, Luisa y su compañero José, quienes fueron atacados con machetes.

-“Se acercó uno de ellos y me dio de machetazos en la pierna, un poblador al que le dije: yo vengo con Cristo, no sé tú, a lo que me contestó: no me importa”.

Describió que José y ella fueron trasladados en una ambulancia improvisada hacia la iglesia de Nochixtlán, donde recibieron los primeros auxilios.

-Luisa narró que se escuchaba como la turba se acercaba a la iglesia, con la intención de lincharlos.

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-“Cuando escuchamos que venía la gente, se escuchaba mucho alboroto, en ese momento la enfermera nos quitó el suero. Ahí vienen, ya los van a sacar, para lincharlos, les van a pegar y le dije, pues quítanos el suero, ¡rápido!

-“A mi compañero lo metí en un mueble que estaba ahí con muchos medicamentos y le puse los medicamentos para que no lo fueran a ver. Y yo moví un mueble, un mueble que estaba pegado en la pared y se quedó todo en silencio, todos se salieron”.

Juan, de las Fuerzas Federales, contó que regresaba a Oaxaca, cuando a la altura del punto conocido como Hacienda Blanca fue copado por varias personas encapuchadas, armadas con palos y machetes, que lo agredieron y lo mantuvieron privado de su libertad por cuatro horas.

-“Fui golpeado en la cabeza, con un palo, y amputaron mi mano con un machetazo; fui privado de mi libertad durante aproximadamente cuatro horas, donde esta gente me gritaba cosas: que me iban a matar, que me iban a quemar”.

El policía agradeció a las personas que le ayudaron a escapar.

-“Agradezco a quienes me rescataron de ese lugar. Agradeciéndole a Dios que estoy vivo. Me sacaron vistiéndome de civil, dándome seguridad, llevándome a sus casas. Sino ¿quién sabe qué hubiera pasado?, a lo mejor no estuviera aquí. Para mí fue doloroso, porque también soy padre de familia, tengo mis hijos”.

José, de 37 años, ingeniero de Control y Automatización, con siete años de servicio en la Policía Federal, compartió sus vivencias.

José acudió a Nochixtlán para ayudar en tareas de contención y salvaguarda de las personas que habían resultado heridas.

Recibió la orden de retirarse del lugar, cuando un petardo lo hirió en la pierna derecha. Enseguida, la turba lo rodeó, lo despojó de su equipo antimotines, lo golpeó con tubos, palos y machetes, lo que le provocó múltiples fracturas.

-“Quedé noqueado. De ahí, por las versiones de la compañera que estuvo conmigo, me arrastraron a un vehículo que fungía como una ambulancia. Recobro el conocimiento ya que estoy en ese lugar; me encuentro bañado de gasolina, querían prendernos fuego a la compañera y a mí.

Los policías narraron que ningún líder de la CNTE o del pueblo de Nochixtlán, se acercó a dialogar con ellos, para que cesara el enfrentamiento.

FF