Se va González de Alba 48 años después de la masacre

Como el diálogo interno de un ni- gromante, Luis González de Alba preparó desde el 4 de agosto su últi- ma columna en la que reclama a las nuevas generaciones no tener idea del significado de la fecha.

Este día en el calendario marcó el final del escritor, 48 años después de que se salvó de perecer en la ma- nifestación de la plaza de Tlatelol- co, pues fue detenido junto con sus compañeros del Consejo General de Huelga (CGH).

A los 72 años de edad fue en- contrado sin vida en su domicilio en Guadalajara. El parte emitido por la Comisaría de la Policía Pre- ventiva de Guadalajara, indica que alrededor de las 12:00 horas, reci- bió el reporte de una persona heri- da por arma de fuego en el interior de una vivienda ubicada en la colo- nia Americana.

Los informes refirieron que el escritor tenía un impacto de bala a la altura del abdomen lo que le cau- só la muerte, presuntamente dispa- rada por el mismo y ahí fue hallado por uno de sus familiares.

En su último escrito, González de Alba se refiere a la manifestación en la Ciudad de México, “una mani- festación de chavos que no saben qué es lo que ‘no se olvida’ porque ya lo olvidaron o nunca lo han sabido”.

La marcha

Pero la marcha conmemorativa si- guió su propio camino. Uno distinto al que vaticinó el desencanto del escritor. Una oportunidad para que diversas agrupaciones sociales de- mandaran la presentación con vida a los 43 normalistas de Ayotzinapa.