Cultura Visual

 

Gilberto Aceves Navarro hoy Por Martha Salinas  “Me interesan mucho los niños porque a ellos se les educa para la libertad”, manifiesta el pintor con una admirable trayectoria artística de casi siete décadas. México, 23 Jul (Notimex).― A un par de meses de cumplir 88 años de edad y convencido de permanecer siempre al margen […]


Gilberto Aceves Navarro hoy

Por Martha Salinas 

“Me interesan mucho los niños porque a ellos se les educa para la libertad”, manifiesta el pintor con una admirable trayectoria artística de casi siete décadas.

México, 23 Jul (Notimex).― A un par de meses de cumplir 88 años de edad y convencido de permanecer siempre al margen de cualquier corriente plástica, Gilberto Aceves Navarro define su trayectoria artística como “un camino sin bordes, ni límites, en constante transformación para la cual lo único que cuenta son las emociones”.

El pintor continúa con entusiasmo y vitalidad la construcción de su obra, a veces en formatos más grandes de los que acostumbra porque poco a poco ha ido perdiendo la vista: “Pinto así no por pretensión, simplemente es necesidad”.

 

Una escuela viva

Con siete décadas de producción (dibujo, escultura y pintura) y ya listo para presentar exposiciones en Europa y Estados Unidos, Aceves Navarro explica que en sus obras “me doy el lujo de ser yo nada más”.

Distanciándose de temas comunes en sus creaciones, sólo obedeciendo a la tela que posee enfrente, fantasea e inicia una labor de búsqueda para dejar que los colores y formas se expresen libremente por ellos mismos, tal como asevera el artista.

No obstante, el integrante del Salón de la Plástica Mexicana ―caracterizado por su vocación de maestro y compartir su trabajo con jóvenes―, reconoce que en ocasiones apela a sus caprichos creando obras que para muchos no están terminadas, pero para Aceves Navarro “son casi perfectas”, porque logran impactar a las nuevas generaciones:

―No soy vanidoso, pero lo que hago impacta, sobre todo a los jóvenes. Y ya son muchas las generaciones que siguen realizando cosas como las hago yo…

Nacido en la capital mexicana el 24 de septiembre de 1931, Gilberto Aceves Navarro ―entrevistado por Notimex en el Museo de la Ciudad de México donde se presenta su más reciente exposición intitulada Hoy, la cual alberga 60 obras divididas en “Retrospectiva”, “Caminantes”, “Migrantes” y “Arte desde pequeños”― se siente satisfecho de que su escuela siga viva:

―Sólo falta que me muera, ya me falta poco tiempo; pero tengo necesidad de apurarme porque quiero ver qué resulta de esto que realizo. ¿Para dónde voy? Les digo que siempre es un misterio, pero sigo vivo ―dice.

El creador del mural Canto triste por Biafra pide no ser ubicado en el movimiento de La Ruptura “porque siempre he estado al margen de los buenos o los malos”.

Su charla es con pausas, a veces en su silla de ruedas o a paso lento, y sin importarle el tanque de oxígeno que usa debido a los estragos que le dejaron los químicos de las pinturas que ha empleado durante su trayectoria.

 

Una brocha en la mano de Siqueiros

Interrogado sobre la influencia de David Alfaro Siqueiros, con quien trabajara en la construcción de diversos murales, aclara:

―¡No!, el maestro Siqueiros no daba nada, uno era como una brocha en sus manos… pero se lo agradezco, porque lo que pude ver en él lo tomé por mi cuenta, no porque él me lo haya proporcionado, pues él no daba nada en ese sentido.

En seguida, Aceves Navarro ―quien desde hace año y medio trasladó su estudio de la Ciudad de México a Cuernavaca, en el céntrico estado de Morelos,— enfatiza:

―Siqueiros tenía la inteligencia clarísima, no era egoísta, eso es otra cosa. Sabía que no necesitaba dar clases. Su personalidad era tan grande que lo impregnaba a uno.

De ahí que el trabajo artístico de Aceves Navarro sea similar al de Siqueiros: “No soy vanidoso, no estoy presuntuosamente diciendo esto, pero lo que hago impacta; ya son muchas generaciones que siguen realizando cosas como lo hago yo”.

Según Aceves Navarro, son pocos los creadores que poseen las cualidades de los grandes maestros mexicanos, las cuales deben ser fuertes, emotivas, comprometidas y avanzadas:

―Ya chole con los personajes que pueblan la pintura actual mexicana: ahora todos los pintores de éxito son muy superficiales. Bueno, hay unos cuantos que no lo son, pero la mayoría sí. Una de las razones de este panorama de la plástica mexicana es debido a que mientras el gobierno, los responsables de brindar apoyo o los galeristas determinen lo que quieren, seguiremos viendo pintura superficial y decorativa.

Al comentar su trayectoria (desde su primer trabajo Autorretrato, que elaboró en 1951 a sólo un año de haber ingresado a la Escuela Nacional de Pintura, hasta su más reciente serie “Migrantes”, de 2018), el artista asevera que su camino en la plástica ha estado marcado por “ver las cosas de otra manera, bajo la guía de sus emociones. Con una mirada siempre de sorpresa de lo que es el mundo”.

 

El artista crítico

Aunque realizó estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, el artista afirma ser autodidacta. Desde pequeño dibujaba, siempre guiado por sus corazonadas y su intuición.

―Para el desarrollo de mis obras no parte de un solo tema, porque es una limitación. Actualmente trabajo por el peso de los colores: el amarillo es un color que me interesa mucho ahora y podría pensarse que es por su claridad y ligereza; pero no. En realidad es un color muy pesado, es como de plomo.

Precisa que trabaja no con diversas técnicas, sino métodos que han sido motivo de exploración. Y así como en alguna ocasión trabajó con barniz de piso (alquídicos), también ha laborado con materiales que descubrió por el trabajo de los grafiteros.

Para el gestor de La imposibilidad del silencio, obra que mostró en 1967 como parte de su primera exposición individual ―ahora conformada por más de 150― en México y el extranjero, se refiere a su vocación magisterial:

―Al pensar sobre qué les enseñaría, definí un método que sigue siendo usado en la actualidad por miles de personas. No lo hice con esa intención, sino porque necesitaba ser legible, necesitaba ser responsable, necesitaba ser audaz, necesitaba ser productivo, necesitaba hacer que los muchachos que llegaban a estudiar conmigo no se quedaran en elaborar cosas paradigmáticas, o sea con el modelo enfrente.

Gilberto Aceves Navarro insta a los alumnos a ver con los ojos que sólo tienen los artistas para bocetar algo. No obstante, enfatiza que se requiere cambiar la forma de enseñar “porque hay necesidad de pintar de otra manera, como decir las cosas también de modo diferente”.

Su afán de enseñar y compartir la ha canalizado mayoritariamente hacia los niños, “ya que a ellos se educa para la libertad”. Prueba de este interés es su proyecto “Arte desde pequeños”, además de las actividades de la Fundación Aceves Navarro, la cual surgió el año pasado donde ofrece talleres artísticos:

―Los niños me importan mucho, pero muchísimo. La fantasía de los niños es extraordinaria, inagotable y toma forma en los trazos…

Entonces, Aceves Navarro dice que toda su vida se ha caracterizado por ser un artista crítico:

―Siempre, para adelante, para atrás, para la izquierda, para la derecha, para todos lados, tengo un compromiso con la educación. Pienso que el arte se debe enseñar a los niños porque les ayuda a ser más listos.

-Fin de nota-

NTX/MSG/VRP