Juan O’Gorman, visionario de la funcionalidad de las viviendas del México moderno

 

Por Griselda Zayas Pérez México, 20 May (Notimex).- La Casa Museo de Diego Rivera y Frida Khalo trajo a través del tiempo al arquitecto Juan O’Gorman, quien falleció en 1982, para realizar un recorrido con Notimex por las instalaciones en San Ángel y explicar por qué las viviendas funcionalistas que diseñó a principios de los […]


Por Griselda Zayas Pérez

México, 20 May (Notimex).- La Casa Museo de Diego Rivera y Frida Khalo trajo a través del tiempo al arquitecto Juan O’Gorman, quien falleció en 1982, para realizar un recorrido con Notimex por las instalaciones en San Ángel y explicar por qué las viviendas funcionalistas que diseñó a principios de los años 30 siguen estando de pie y vigentes en la actualidad.

Durante sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hace casi 90 años, siempre se preguntó cómo tendrían que ser las casas en un futuro, para un México moderno.

O’Gorman decía que la arquitectura tenía que ser útil y no necesariamente bella, gracias a la influencia que tuvo de Charles-Édouard Jeanneret-Gris, mejor conocido a partir de la década de 1920 como Le Corbusier, diseñador de espacios, pintor, escultor y hombre de letras suizo nacionalizado francés.

De esa manera muy visionaria, O’Gorman hablaba en esa época de que en la construcción de las viviendas funcionalistas se ahorraría mucho tiempo en su construcción y también demasiado dinero en los elementos decorativos.

Es decir, utilizaba elementos que en ese tiempo todavía eran impensables, como cemento, acero, asbesto y vidrio, que en esos años eran materiales nuevos, resistentes, económicos y duraderos.

Basado en estas técnicas, en 1929 ya había edificado la primera casa funcionalista para sus padres y luego, entre 1931 y 1932, construyó de forma contigua la de Diego y Frida, quienes la habitaron entre de 1934 a 1936.

En sus memorias, que O’Gorman escribió por la experiencia que tuvo con los pintores mexicanos, en una ocasión le pidió a Diego Rivera que viera la casa que acababa de construir para que le diera su opinión.

Entonces, el artista mexicano tuvo la gentileza de ir a verla, diciéndole que le gustaba mucho estéticamente, y en ese momento le encomendó que le construyera una casa para que viviera con su esposa y un estudio funcional donde tuviera la oportunidad de pintar todos los días; le comentó que esa era una oportunidad para que el país pudiera reconstruirse y los mexicanos pudieran progresar.

Las primeras casas hechas de estos materiales, armadas de concreto en México, que es la unión de varillas de acero con cemento, fueron realizadas básicamente para la clase obrera y campesina del país, porque antes sólo las personas que tenían mayor poder adquisitivo podían tener casas con techos y paredes sólidas, mientras que los más pobres vivían en viviendas de madera, adobe y cartón, materiales poco resistentes a cualquier clima.

Gracias a su visión como arquitecto y su fantasía como artista, rompió con las tendencias tradicionales y creó una arquitectura que fue completamente moderna y utilitaria para las necesidades del pueblo mexicano. Hoy en día, una clara muestra de la arquitectura moderna que hay en todo el país.

O’Gorman siempre consideró cinco elementos básicos para que una vivienda fuera funcionalista: las plantas bajas libres para realizar distintas actividades; uso de columnas como principal soporte de las construcciones; ventanales alargados para aprovechar la luz solar; las fachadas libres de decoraciones, y las terrazas como un elemento de relajación o vista panorámica.

Y así podríamos hablar de varias otras obras del arquitecto y pintor mexicano Juan O’Gorman, como los murales de la Biblioteca Central de la UNAM, clasificados como una obra maestra de la arquitectura funcionalista y declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

-Fin de nota-

 

NTX/GZP/HHM